Pocas horas después de que The New Yorker publicara toda la información referida al escándalo del CatalanGate, Òmnium ya colgaba un vídeo en las redes para denunciar el espionaje. Su presidente, Xavier Antich, explica que la entidad conocía el espionaje de Pegasus y el alcance de la investigación de CitizenLab antes de que se publicara, pero que no conocían los detalles hasta que se hizo pública la información el pasado lunes. "No sabíamos el resultado del análisis hasta que se ha hecho público, no sabíamos que era un ataque directo a nuestra entidad. Espiaban al vicepresidente de Òmnium, a la persona responsable de las relaciones internacionales. Ya no solamente se trata de personas concretas, va más allá", ha denunciado esta mañana Antich en una entrevista a TV3. Concretamente, el presidente de la entidad habla de seis miembros afectados por el espionaje, que tuvo lugar "en unos momentos muy concretos y delicados". Antich ha detallado tres de estos ataques, uno de los cuales tuvo lugar justo una semana antes de que la Guardia Civil entrase en la sede de Òmnium y retuviera a los trabajadores durante 12 horas, otro antes de que empezara el juicio del procés y uno último cuando el Grupo de Detenciones Arbitrarias de la ONU publicaba el informe en que pedía liberar a los presos políticos.

Por eso, el presidente de la entidad ha pedido abrir la mirada más allá de toda la información personal que hayan podido recoger, como fotografías o conversaciones: "El problema no es solo que se acceda a las fotografías familiares, se tiene que entender que son 65 personas que hablan a través del móvil con organizaciones en defensa de los derechos humanos, sindicatos, partidos políticos... El acceso a las 65 personas provoca un efecto multiplicador, se ha espiado a un millar de personas y en nuestro caso en un momento muy concreto". En este sentido, Antich explica que desde que forma parte de la junta de la organización ya estaba avisado y evitaba llevar el móvil a las reuniones: "La sospecha de que los móviles son un canal para acceder a nuestros datos es permanente y nos obliga a tomar algunas medidas".

 

Confirma las querellas

El president Puigdemont ya ha avisado de que ante estos hechos no quedaría "nada sin querellar". En la misma línea, Antich ha adelantado hoy que efectivamente Òmnium utilizará una de las vías judiciales que tiene delante para denunciar su situación: "Pondremos querellas coordinadamente con el resto de los afectados". Estas, sin embargo, van más allá del estado español y ha recordado que Pegasus no solamente se ha infiltrado en España, sino que el espionaje proviene de tres estados más. "Todavía no somos conscientes de la gravedad y la magnitud del escándalo, es global", ha concluido, después de confirmar que las querellas estarán dirigidas contra la empresa israelí NSO, creadora del software.

Importancia de la unidad

El estallido del CatalanGate ha provocado una reacción unitaria del independentismo, con una rueda de prensa conjunta en Bruselas donde participaron el president Puigdemont y Oriol Junqueras, pero con exigencias diferentes entre los partidos: Junts pide la dimisión de Pedro Sánchez y de ministros del Gobierno por este espionaje, mientras que desde ERC y el president Aragonès de momento solamente piden que se investiguen los hechos y se aclaren responsabilidades, señalando al CNI. En este contexto, Xavier Antich ha querido destacar la respuesta unitaria de todo el independentismo ante un nuevo ataque contra el movimiento. Concretamente, Antich, que también participó en la rueda de prensa en Bruselas, se ha referido a la importancia de esta unidad: "Se tiene que poner de relieve la imagen. Estamos unidos en la defensa ante un ataque de ciberespionaje". Con todo, sin embargo, ha reconocido que, desde el 2017, la tendencia del movimiento independentista ha sido unirse solo ante las adversidades, algo que se ha de revertir: "No puede ser que solamente vayamos a la una cuando vamos a la contra". 

Por todo ello, Antich ha insistido en la importancia de cambiar de estrategia. Del mismo modo que hizo Jordi Cuixart al anunciar que dejaba la presidencia de Òmnium, cuando remarcó que hacían falta nuevos liderazgos en el movimiento independentista, el actual presidente ha advertido: "Las cosas no pueden seguir así. El ciclo del 2017, marcado por la represión, nos ha llevado a más enfrentamientos tácticos que a estrategias unitarias. Somos conscientes de que hay que abrir un nuevo ciclo que revierta el desánimo y la desmovilización". En este sentido, ha asegurado que la posición de la organización siempre ha sido la misma, partiendo de su "transversalidad", que puede servir para unir diferentes sensibilidades dentro del movimiento. "Òmnium ha sido siempre a todas las estrategias que han servido para reunir sensibilidades diversas. No huiremos nunca de nuestra responsabilidad, seguiremos haciendo aquello que tenemos que hacer".