Cobardía moral, incoherencia ideológica, rebeldía, victimismos, mártir de la justicia... La prensa española usa hoy decenas y decenas de adjetivos para cargar fuerte contra la decisión de la cupera Anna Gabriel de quedarse en Suiza y no ir a declarar ante el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena porque, según auguran, "tiene miedo a ir a la cárcel".

Los diarios de Madrid no solo critican la "desobediencia" de Gabriel —a quien le exigen que "dé la cara"—, sino también su intención de pedir asilo allí porque, aunque el Gobierno suizo ya haya dicho que no extradita por delitos políticos, tienen claro que no se lo concederán, aunque, después de hacer un listado de cómo funciona la justicia suiza, acaban asumiendo que no será fácil que Llarena se salga con la suya.

Lo que más les preocupa es justamente que este hecho acabe generando una "imagen degenerada" de la justicia española, pero también que el caso Falciani, que enfrió la relación entre la justicia española y suiza después de que la primera se negara a entregar a Hervé Falciani, el informático que habría robado información sobre cuentas bancarias en el país en cuestión, afecte a esta cuestión.

Lo peor de todo es la frivolidad con que insisten en comparar a Gabriel con ETA, el chavismo y la kale borroka, así como el eco que se hacen los grandes diarios generalistas españoles sobre el cambio de look de la anticapitalista que, como si se hubiese teñido de rubia y cambiado el color de los ojos, también acaban definiendo de "cambio radical".

Rebeldía total

El Mundo no acaba de tener claro si la decisión de Gabriel responde a una "incoherencia ideológica" o a la "cobardía moral" y lamentan que, después de " toda una vida política —corta, ciertamente, aunque ruidosa— proclamando la rebeldía frontal contra el Estado y el sistema para que la mañana que toca validar tu feroz ideario ante la instancia pertinente te encuentre confortablemente refugiada en Suiza", haya elegido ese país porque consideran que su legislación en esta materia, que definen como "delincuencia política", "complica mucho la extradición".

En otro artículo titulado "Gabriel", el diario citado deja claro que su estrategia "tiene su sentido" y lo justifican bajo el argumento de que "intentar poner en evidencia al sistema judicial español ante la justicia de países del entorno". Precisamente por eso, consideran que "no es mala estrategia el intento de internacionalizar el asunto" porque en Suiza existe el caso Falciani, que enfrió la relación entre la justicia española y suiza después de que la primera se negara a entregar a Hervé Falciani, el informático que habría robado información sobre cuentas bancarias en el país en cuestión.

En este punto, el autor va un paso más allá y pide que se deje en libertad a los presos políticos a "la espera del juicio" y "para evitar agravios comparativos" porque, a su juicio, "si los fugados no vuelven, serán juzgados en ausencia".

Estafa a los catalanes

Subrayando que el destino de Gabriel es "paradójico" según todo lo que ha ido predicando a lo largo de su vida política, ABC pone de relieve que ésta es "otra espantada cobarde" que demuestra cómo "las declaraciones de los máximos golpistas ante el Supremo vuelven el cínico tono de victimismo en el separatismo catalán, la alusión a los «presos políticos» y los falsos exilios por razones ideológicas", pero, subrayan, "todo es una burda mentira".

El diario citado deja claro que la cupera se queda en Suiza "por miedo a ser encarcelada", así como por "temor a caer en el ostracismo al que ya le había sometido su propio partido impidiéndole repetir en las listas electorales". Lo peor, sin embargo, no es eso, si no que ponen de relieve que esta decisión responde al hecho de que "el futuro de Catalunya no le importa absolutamente nada como Puigdemont, Junqueras, Mas, Rovira y un interminable etcétera".

Por ello, consideran que los líderes independentistas "han estafado a los catalanes" y, justamente por eso, tienen claro que los votantes soberanistas verán ahora en Gabriel a "una cobarde en fuga después de provocar el incendio" porque, sustentan, "presentarse como víctima de un Estado represor ya no cotiza porque la actitud de este separatismo de élite no es creíble para ningún votante".

Por ello, quieren dejar claro que a Gabriel "no se le persigue por sus ideas, sino por sus presuntos delitos" y, sí, acaban relacionándola con ETA por estar asesorada "por su entorno jurídico" porque, sostienen, eso "revela mucho de sus intenciones y de su respeto por la democracia".

Broma de mal gusto

"Vergüenza". Así define La Razón la actuación de Gabriel, que considera que tanto ella como los otros líderes soberanistas juzgados "se han retractado para salir indemnes de las acusaciones del Tribunal Supremo" y cargan ahora contra ellos por haber proclamado la República catalana y luego echarse atrás, cosa que definen como "una broma de mal gusto".

Después de que Carles Puigdemont pusiera "tierra de por medio", ahora ha llegado el turno de la cupera, que ha tomado una decisión que "solo puede entenderse desde la mentalidad pueril e incendiaria de un grupo admirador del chavismo y la kale borroka". 

Pero, llegados a este punto, se lamentan de que para que el Gobierno suizo acabe aceptando la extradición de Gabriel tendrían que compartir al menos una de las infracciones por la que se le acusa entre los dos países, pero subrayan que eso será difícil porque en Suiza, para que acusen a alguien de un delito de rebelión, debe de haber violencia. "No deja de ser sintomático que la CUP y Puigdemont compartan la misma vía sin salida", sentencian.

Los de Marhuenda también destacan, en otro artículo escrito por un profesor de derecho internacional, que será "imposible" que la justicia suiza le conceda asilo, lo cual, dicen, "es considerado contrario al espíritu de la protección internacional a los refugiados, pues cuando uno es perseguido simplemente huye a donde puede".

Flequillo roto

Esta vez, El País muestra su temor al "complejo proceso" de extradición al que se enfrenta la justicia española y aún más si pide asilo político. Precisamente por eso abren su portada con el título "El secesionismo se repliega ante la acción de la justicia", pero hoy no hay ninguna editorial en este diario que trate esta cuestión.

Libertad Digital, como es habitual, va un paso más allá y abre su portada bautizando la crónica sobre Gabriel como "Nuevos planes de Puigdemont y el flequillo roto de Anna Gabriel" ocupando gran parte de su portada solamente con esta materia.

El diario citado compara sin pelos en la lengua a la cupera con Lenin por haberse refugiado en Suiza, avisan de que "la cosa va en serio" porque "de momento se ha duchado y ha ido a la peluquería" y acaban definiéndola como "la heroína del popla". Por popla pretenden decir poble, que significa pueblo en catalán.

En otros artículos, también envían un mensaje claro: "A ver si os pensabais que Anna Gabriel es gilipollas" porque, según sustenta su autor, "una cosa es ir por la vida predicando la revolución y otra muy distinta estar dispuesta a sufrirla".