Anna Gabriel ya ha anunciado que no se presentará mañana en el Tribunal Supremo a declarar. La estrategia, similar a la de Puigdemont, no persigue otra cosa que "obstaculizar el proceso" que se ha arrancado desde el Tribunal Supremo y que acabará, todo apunta a ello, en condenas de entre 4 y 6 años por un delito de sedición. El juicio se realizará en el Supremo, donde no es posible presentar recurso, por lo tanto la sentencia, una vez salga, será firme y de cumplimiento inmediato.

El caso está ahora en la primera fase, la instrucción. Pero aún falta el procesamiento, la acusación y el juicio. Y la defensa piensa en todo el bloque para salvar de la cárcel a Gabriel, no solo a evitar una entrada ahora en la prisión de forma provisional que mantenga a la dirigente de la CUP entre rejas hasta el juicio, como está ocurriendo con Oriol Junqueras, Joaquim Forn, Jordi Sànchez i Jordi Cuixart.

Fuentes de la defensa explican a El Nacional que la estrategia de los abogados de Gabriel es a largo plazo. Pensando en la condena y no tanto en las medidas cautelares. "Habrá condena seguro y la posición de Anna es delicada porque le tienen muchas ganas", afirman las mismas fuentes.

Por lo tanto, se ha diseñado una estrategia de defensa que garantice los derechos de Gabriel, y se ha escogido Suiza porque el sistema judicial es más garantista y puede obstaculizar más el proceso judicial que se ha puesto en marcha desde Madrid.

Esta mañana los abogados de Gabriel presentarán un escrito donde explican que la exdiputada de la CUP no se presentará mañana a declarar. La decisión la ha anunciado la misma Gabriel en una entrevista en el diario Le Temps. Esta tarde, en rueda de prensa, se darán los detalles.

¿Puede perjudicar a Boya?

Los abogados han valorado de qué forma podía perjudicar esta decisión a Mireia Boya. Creen que de ninguna manera. Boya ya ha declarado y no se han aplicado medidas. La causalidad, además, ha hecho que la decisión de Gabriel se pudiera comunicar una vez hecha la declaración de Boya.

Entre el aplazamiento por problemas de agenda de su abogado y el resultado de la declaración de Mireia Boya sin medidas cautelares, la carambola ha salido redonda y ha dejado vía libre de acción a Gabriel y a su equipo de defensa.

¿Y ahora qué?

Ahora hay que esperar la reacción del Tribunal Supremo.

Una vez reciban el escrito del abogado anunciando que Gabriel no comparecerá, Pablo Llarena tendrá que tomar una decisión. Si la vuelve a citar, aunque ya haya quedado claro que no quiere declarar en el Supremo, o si dicta una orden de detención.

El destino de la orden de detención, sin embargo, es incierto y más teniendo en cuenta el precedente de Carles Puigdemont. Por lo tanto, puede ser que Llarena acabe decidiendo dictar la orden de detención internacional y la euroorden una vez haya el auto de apertura de juicio con los delitos definidos, para que el tribunal de Ginebra no tenga dudas y no se eche atrás la extradición. Esta misma formula es la que se prevé que aplique en el caso de Puigdemont.

La Fiscalía podría pedir también la intervención inmediata para llevar hasta el Supremo Gabriel. Y la acusación popular, VOX, ya ha anunciado que pedirá "medidas contundentes".