La pitada que recibió Carme Forcadell durante el acto del 1 de octubre organizado por el Consell de la República y en el que también participaron entidades y partidos independentistas, todavía trae cola. Durante los últimos días, quién era la presidenta del Parlament durante la celebración del referéndum y hasta la aplicación del 155, y que posteriormente fue encarcelada hasta el indulto parcial del Gobierno, ha recibido muestras de apoyo de diferentes políticos, tanto desde de ERC como de Junts, pero estas no se han repetido en el caso del Assemblea Nacional Catalana, entidad que presidió la misma Forcadell. Esta mañana, en una entrevista a SER Catalunya, la actual presidenta Dolors Feliu ha optado por no condenarlas y tildarlas de "libertad de expresión", algo que siempre se tiene que defender.

Yendo más allá, Feliu ha quitado hierro a la fuerte bronca que hace recibir Forcadell al acto del Arc de Trimof, mientras intentaba pronunciar su discurso y lo ha comparado con las pitadas con que Catalunya suele recibir en Felipe VI cuando visita Catalunya: "Cuándo silbamos en el Camp Nou al rey, a nadie le parece mal", ha afirmado. Estas declaraciones, en el quinto aniversario del polémico discurso de la monarca español dos días después del 1-O, del cual hoy se han conocido más detalles, han provocado una avalancha de críticas a Feliu en las redes sociales. Por eso, ha optado por escribir un tuit en que ha matizado sus declaraciones, pero sin condenar los gritos a Forcadell: "La comparación con las pitadas al rey no ha sido acertada. El rey representa el Estado que nos domina y reprime, y Carme Forcadell es una compañera de lucha. Pero las pitadas son libertades de expresión y eso lo tenemos que defender siempre".

Puigdemont, en defensa de Forcadell

Uno de los primeros a querer mostrar su respeto a Carme Forcadell fue el president Carles Puigdemont, que también participó al acto del Consell de la República que preside, y que no recibió los mismos silbidos que su compañera. A través de las redes, el president explicó que no le había gustado la regañada, "no para que el hecho de estar en la prisión (como nosotros en el exilio) nos tenga que ahorrar la crítica, sino porque ella tuvo la valentía de ir a un acto incómodo para su espacio político y dar la cara". Así, en defensa de Forcadell, considera que "cuando alguien tiene la generosidad de asistir a un acto donde sabe que habrá gente descontenta, yo lo respeto y lo aplaudo". Además, afirma que este acto se está utilizando para desprestigiar el Consell de la República. "Sabe muy mal ver el intento de aprovechar la actitud de algunos para desacreditarnos", ha lamentado.

Hoy, Laura Borràs, también ha asegurado que se sintió incómoda durante el acto del Consell de la República y que ella optó por aplaudirla, ya que le tiene una grande estima personal y como presidenta del Parlament de Catalunya, se ha querido reflejar en ella. Con todo, sin embargo, ha advertido que es malo personalizar los silbidos, ya que "eso no nos permite ver con claridad que lo que hizo la presidenta Forcadell fue valiente", indicando que los gritos, al fin y al cabo, son "una forma de normalidad democrática a partir de la cual la gente expresa su disconformidad.

ERC defiende Forcadell

Este lunes, en la rueda de prensa posterior a la reunión Ejecutiva de ERC, la portavoz del partido Marta Vilalta ha mostrado su rechazo a las pitadas y gritos que recibió Forcadell durante su intervención. "Queremos expresar nuestra decepción y tristeza ante las sonrisas cómplices de algunos durante la situación", ha expuesto, remarcando que la expresidenta del Parlament "lo ha dado todo por el país" y ha dicho que es "un ejemplo de firmeza y dignidad". Vilalta ha seguido la misma línea que el president de la Generalitat, Pere Aragonès, que el mismo sábado consideraba "absolutamente lamentable" la regañada contra Forcadell.