Amazon espió una huelga de centros logísticos y transportistas del 30 de octubre de 2019 en el centro que la multinacional tiene en El Prat de Llobregat, en Barcelona, según asegura El Diario.es.

Amazon espió a sus trabajadores gracias a un operativo donde participaba Antonio Giménez Raso, expolicía y socio del excomisario José Manuel Villarejo. De hecho, Giménez Raso está imputado en una de las piezas que investiga la trama corrupta que dirigía Villarejo.

El citado diario ha tenido acceso a una serie de documentos que relatan como la agencia de detectives Pinkerton, con la que trabajaba Amazon a nivel mundial, subcontrató en Catalunya una firma local de detectives: Castor & Polux.

Planta amazon El Prat ACN

Planta amazon El Prat 2 ACN

Interior del centro logístico aque Amazon tiene en El Prat / ACN

Esta agencia de Catalunya, propiedad de Julián Peribañez, utilizaba a Giménez Raso como enlace policial entre ellos y los Mossos d'Esquadra para comunicar "cualquier incidencia" que pudiera haber durante la protesta de los trabajadores de Amazon.

Amazon niega el espionaje

Una portavoz de la multinacional ha asegurado que "por parte de Amazon no ha existido nunca ninguna solicitud en Pinkerton ni a nunguno de sus socios afiliados para hacer un seguimiento de la huelga de transporte en Catalunya en octubre de 2019.

Sin embargo, hay otros indicios de espionaje por parte de Amazon; el medio norteamericano Mitherboard publicó la semana pasada documentos que demostraban que Amazon había infiltrado espías en una de sus plantas de Polonia en noviembre de 2019. También se han conocido casos de espionaje en Francia, el Reino Unido, Italia, Alemania, Austria, la República Checa y Eslovaquia.

El Diario.es subraya que, según el documento de 51 páginas al que ha tenido acceso, hay fotografías de los detectives de la agencia de Julián Peribañez haciendo emboscadas en las puertas de la planta de El Prat durante la jornada de huelga. Además, el documento tiene comentarios que acompañan las imágenes donde se explica la actitud de los sindicalistas, de los trabajadores e incluso de un grupo de periodistas.

El propietario de Castor & Polux, Julián Peribañez, ha declarado que "por cuestiones de confidencialidad con los clientes" no puede realizar comentarios al respecto. Ahora bien, sí que ha confirmado que Giménez Raso es amigo suyo y que "en alguna ocasión" le ha pedido ayuda.