El PSC y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) siguen sin llegar a un acuerdo para aprobar los presupuestos y las dos formaciones señalan a la contraria como culpable. Alícia Romero, portavoz del PSC en el Parlamento, ha defendido el papel de su partido en las negociaciones, señalando que ya han cedido en muchas de sus demandas. Por otra parte, ha reprochado la actitud del Gobierno. "ERC es un partido al cual le cuesta dialogar y negociar", ha sentenciado en una entrevista a SER Catalunya.

Preguntada si la prolongación de las negociaciones puede responder a la voluntad de los socialistas de mostrar la debilidad del Gobierno, Romero lo ha negado y ha asegurado: "No ha sido nunca nuestro objetivo. Nosotros no hemos hecho casi nada para llegar a esta situación". La portavoz de los socialistas ha recordado que ERC perdió primero el apoyo de la CUP y posteriormente el de Junts per Catalunya. "Creo que la evidencia se hace sola i no hace falta que los ayudamos a evidenciarlo", ha remarcado.

Romero ha negado que su partido esté haciendo ningún chantaje, como apuntó el pasado lunes la portavoz de ERC, Marta Vilalta. "No pidamos la luna", ha afirmado la portavoz de los socialistas en referencia a ampliación del aeropuerto del Prat, el Hard Rock y la B-40. En especial, en relación con este último, Romero ha remarcado que es uno proyecto que cuenta con un apoyo mayoritario por parte del territorio. "Todo el mundo tiene que ceder un poco, sobre todo decimos que si tu visión no es mayoritaria. Es lo que más nos duele esta imposición de una visión minutaría", ha lamentado.

La duda de Salvador Illa

En la misma línea que Romero, el líder del PSC, Salvador Illa, ha remarcado que para negociar hay que ceder. "Nos ofrecimos en agosto. Voluntad de acuerdo siempre ha habido. Lo que no sé si esta voluntad también está por parte del Gobierno. Dispuestos a negociar, no a adherirnos", afirmó el pasado lunes. Eran las primeras palabras de Illa después de que el sábado se reuniera con el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, sin conseguir ningún acuerdo.

El líder de los socialistas admitió que las negociaciones están siendo muy difícil e insistió en que su formación defiende "cosas razonables". "Estamos a la espera de que el Gobierno diga si lo acepta o no. Si no lo acepta, no pasa nada. Soy respetuoso con todas las posiciones políticas. Si no lo aceptan, Aragonès, que es el responsable, se tendrá que dirigir a otros grupos para tener los apoyos necesarios", concluyó. De la misma manera, Romero ha apuntado: "Levantarnos de la mesa, no, en todo caso, que sean ellos que digan: 'mire, no lo podemos asumir, vamos a buscar el apoyo de Junts'. La responsabilidad es suya".