Cada vez es más habitual que los presidentes de comunidades autónomas cuelen sus mensajes políticos en sus discursos de Fin de Año. Y en el de víspera del 2016, Susana Díaz se ha dedicado a remachar todavía más el clavo para condicionar a Pedro Sánchez en sus negociaciones postelectorales con Podemos, cosa que da una idea de hasta qué punto el pulso al PSOE es tenso.

La presidenta andaluza ha criticado duramente a la formación de Pablo Iglesias por estar a favor del referéndum en Catalunya y al PP por querer –dice– "ensanchar la insoportable brecha de la desigualdad". No necesita a ninguno de los dos para gobernar en su comunidad. También el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, ha insistido en la unidad de España y ha augurado tensiones territoriales por la financiación de las comunidades autónomas.

Se trata de una guerra interna que se desencadenó justo después de las elecciones, aunque, como acostumbra a pasar en estos casos, ya había visto disparar algún tiro en campaña. A continuación encontraréis algunas claves que explican la pugna.

1. Malos resultados el 20D

En el comité federal del lunes 28 de diciembre, se aprobó un documento en que se destacaba que los socialistas tienen que abrir una reflexión sobre el resultado de las elecciones del 20D, que ha sido el peor del PSOE en democracia.

La reflexión que hace el PSOE es que, si Joaquín Almunia dimitió después de perder contra José María Aznar en las generales del año 2000, en que perdió 16 escaños y se quedó con 125, y Alfredo Pérez Rubalcaba también lo hizo en las del 2011 contra Mariano Rajoy, en que perdió 59 escaños y se quedó con 110, Pedro Sánchez también tendría que poner su cargo a disposición del partido, después de perder 20 más y quedarse con 90.

Sin embargo, ni Almunia ni Rubalcaba tenían la competencia de Podemos y Ciudadanos. De hecho, los resultados que obtuvieron en las elecciones autonómicas los líderes territoriales que ahora quieren decapitar al actual secretario general tampoco han obtenido resultados astronómicos, precisamente por esta competencia.

2. Sánchez era provisional

El actual secretario general fue concebido como un líder provisional del partido. De hecho, cuando ganó las primarias en verano del 2014, prometió decidir también por primarias quién disputaría a Rajoy la presidencia del Gobierno español, pero pocos días después se desdijo y se erigió candidato. Los principales líderes regionales –entre ellos el presidente de Asturias, Javier Fernández, y el entonces secretario general del PSOE en Extremadura, Guillermo Fernández Vara– esperaban que Susana Díaz se presentara a las primarias, pero la situación institucional en Andalucía echó para atrás a la presidenta andaluza, que dio apoyo a Pedro Sánchez y le consiguió más de un tercio de los avales que obtuvo.

Susana Díaz quiso construir una alternativa diferente a la de Pedro Sánchez en verano del 2015 para competir en las elecciones generales, pero los resultados de las municipales, mejores de lo que ofrecían los pronósticos, y su situación en la Junta de Andalucía –todavía no había sido investida presidenta– la dejaron sin argumentos de peso.

3. Tomás Gómez y Antonio Carmona

Los dos líderes madrileños despachados por Pedro Sánchez este año, ahora se quieren cobrar la revancha y han levantado al PSOE de Madrid contra el secretario general del PSOE y la secretaria general de los socialistas madrileños, Sara Hernández.

El predecesor de Hernández en el PSOE-M, Tomás Gómez, destituido por Sánchez justo antes de las elecciones autonómicas, y Antonio Miguel Carmona, destituido por Hernández como portavoz del grupo municipal socialista de la capital española, organizaron una cena con 500 militantes para encabezar la demanda de relevo de Sánchez.

https://twitter.com/susigus/status/681985565886181377

4. 50%-50%

En esta batalla, el PSOE está dividido prácticamente por la mitad entre los leales –de momento– a Sánchez y los que preferirían a otro secretario general, encabezados por Susana Díaz. El actual líder socialista cuenta con el apoyo de la periferia española, donde el discurso territorial de Susana Díaz incomoda más: los socialistas vascos –en las primarias votaron mayoritariamente a Sánchez y no al vasco Eduard Madina–, baleares, valencianos, gallegos y aragoneses. En el caso del PSC, la ejecutiva es más afín a Sánchez que a Díaz, mientras que la líder en el Congreso, Carme Chacón, es cercana a la andaluza. En La Rioja también hay preferencia por Sánchez. Ximo Puig (Comunidad Valenciana), sin embargo, se mostró contrario en el comité federal a aplazar el congreso que podría decapitar al líder socialista, y Javier Lambán (Aragón), después que de Sánchez, se ha declarado admirador de Susana Díaz recientemente:

https://twitter.com/JLambanM/status/681579198062964736

Por su parte, los presidentes de Asturias, Javier Fernández, y de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que ya evitaron posicionar a favor de Pedro Sánchez en las primarias a secretario general, son –junto con Susana Díaz– los más críticos con el actual líder socialista. Son los que más presionan en contra de pactar con el PP o Podemos y, por lo tanto, los que más acercan el escenario de unas nuevas elecciones. También se sitúa a favor de Susana Díaz el presidente de Castilla la Mancha, Emiliano García-Page.

Ambos frentes del PSOE cuentan con la mitad de los afiliados y del poder territorial, con una ligera ventaja hacia los partidarios de Susana Díaz.

5. Paradoja andaluza

Resulta paradójica esta presión a Pedro Sánchez estableciendo condicionantes tan duros para formar gobierno cuando Susana Díaz buscó a toda costa la abstención de Ciudadanos e incluso del PP, pidiendo que abandonaran "posicionamientos egoístas" y que no "se sacudieran la responsabilidad". Por otra parte, Emiliano García-Page, presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, ha tenido que modular el discurso contra el pacto con Pablo Iglesias después de que sus socios de gobierno de Podemos le hayan llamado la atención. En su mismo discurso de Fin de Año, ha puesto de relieve que "la riqueza de España está en su diversidad".

En cambio, en Extremadura, donde el PSOE también gobierna con el apoyo de Podemos, el secretario territorial de la formación lila ha aplanado el camino a Fernández Vara en su intransigencia estableciendo que hay "muchas cuestiones por delante del referéndum" que Iglesias ha calificado de línea roja para pactar.