Cuando el coche de la policía detuvo anoche a Àlex Pastor zigzagueando con su vehículo por una calle de Barcelona, el entonces alcalde de Badalona seguramente no se imaginaba que su carrera política estaba a punto de desvanecerse como una pompa de jabón; que su partido, el PSC, optaría por enterrarlo bajo un comunicado de prensa de seis rayas; y que ni una sola voz de la formación saldría a dar explicaciones por sus supuestos problemas de dependencia que, según el popular Xavier Garcia Albiol, todo el mundo conocía. Casi 24 horas después de este lamentable final político en pleno confinamiento, el PSC se mantiene en silencio.

Este mutismo, no obstante, contrasta con la diligencia con que el partido se desprendió de su alcalde. Los Mossos interceptaron a Pastor a las nueve y media de la noche, la noticia trascendió sobre las once y media cuando la adelantó El País; y poco después, escasos minutos antes de la medianoche, el PSC borraba del mapa socialista al alcalde, con un comunicado breve pero demoledor: "Ante los hechos conocidos que afectan el alcalde de Badalona, Àlex Pastor, el PSC lo suspende de militancia y le pide la renuncia a todos sus cargos públicos".

"Con independencia de la valoración positiva que nos merece su gestión al frente del Ayuntamiento de Badalona, consideramos que los hechos ocurridos hoy son incompatibles con la militancia socialista el ejercicio de cualquier cargo público", concluía la nota.

El partido fulminó al alcalde sin necesidad de escuchar su versión de los hechos. La nota se envió a los medios y se distribuyó a través de las redes. El primer secretario, Miquel Iceta, la retuiteó. Acto seguido fue el PSC de Badalona quien procedió a defenestrarlo haciendo suya la sentencia del comunicado a través de Twitter.

Mientras todo esto pasaba, Pastor seguía detenido y advirtiendo a los Mossos que no sabían con quien estaban hablando, cuando en realidad era él quien desconocía el giro que acababa de dar su historia. El partido que lo impuso como alcalde el 2018 en la moción de censura contra Dolors Sabater, a pesar de disponer sólo de tres de los 27 concejales del consistorio, lo acababa de dejar caer, y Pastor lo supo una hora y media después que el resto de los noctámbulos que a aquella hora seguía con perplejidad la noticia la historia.

De buena mañana, tanto la exalcaldesa Dolors Sabater como el popular Albiol explicaban públicamente en entrevistas radiofónicas que el final de Pastor no era más que una crónica anunciada, pero tampoco entonces nadie del PSC ha salido a dar explicaciones sobre la persona que hasta esta madrugada ocupaba una de sus principales alcaldías ni sobre por qué no se había actuado si la situación era tan alarmante y conocida.

En contraste, con diligencia quirúrgica el PSC ha procedido a borrar al exalcalde de la página web de socialistes.cat donde figuraba como secretario nacional y como responsable del partido en Badalona. De su presencia en los directorios del partido sólo queda el rastro en que conserva Google y las noticias recogidas en la web durante estos meses sobre el alcalde Pastor.

Con todo, las explicaciones ante este episodio amenazan perseguir las próximas comparecencias de la cúpula de los socialistas catalanes, a pesar de que su principal avalador en el partido, el secretario de organtizació, Salvador Illa, ahora mismo se encuentra sin duda más preocupado por el devenir del coronavirus que de las incursiones de su excompañero de partido en las noches de confinamiento.