Siguen pasando los ministros por Exteriores, pero no cambian las prioridades. Entre estas, la agenda catalana, aunque no se mencione abiertamente. Llegado desde la embajada de París, el nuevo titular de la cartera, el diplomático José Manuel Albares, ha reiterado esta voluntad. La de "presentar" el Estado español fuera de sus fronteras como un "país democrático" y un "Estado de derecho" plenamente homologable. La ministra saliente, Arancha González Laya, ha admitido que lo deja en un momento "agridulce". Tanto el conflicto con Marruecos como el independentismo la habían dejado en muy mala posición.

Durante los últimos años, los ministros españoles de Exteriores han tenido que dedicar muchos esfuerzos a explicarse internacionalmente y contrarrestar el relato del independentismo. Y seguirá con Albares al frente, que ha situado entre sus prioridades "presentarnos al mundo como somos, con fuerza: un país democrático, un Estado de derecho, un país con una descentralización que es casi única en el mundo". Y ha insistido en esta misma línea: "Estos son nuestros valores y nuestra carta de presentación".

El Ministerio de Exteriores también gestiona las oficinas del Instituto Cervantes, y el nuevo titular del cargo también ha remarcado que en todo el mundo hay 500 millones de personas que tienen el castellano como lengua materna. Por eso, se ha propuesto "hacer sentir" la lengua "con fuerza en el mundo". Ha defendido que hay que hacerla "penetrar en todos los ámbitos, desde la literatura hasta la inteligencia artificial."

Albares ha admitido que asume la cartera de Asuntos Exteriores "en momentos muy difíciles". Ha mencionado concretamente el caso de la crisis con Marruecos, apelando a reforzar las relaciones con el "gran vecino y amigo del sur". En cambio, ninguna referencia explícita al independentismo, que sigue poniendo el Estado contra las cuerdas en instancias como la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa. A pesar de todo, ha reclamado "tener claro que somos España, un país con voz y peso en Europa".

Finalmente, también se ha referido a la cuestión sanitaria. De hecho, en sus últimos días como embajador en París, tuvo que ver cómo Francia situaba España como un país donde no ir de vacaciones por su situación epidemiológica, que al cabo de unas horas matizaron. "Tenemos que explicar en el mundo que España es un país seguro para venir a pasar el verano y que estamos al frente en la cifra de vacunas", ha asegurado al respecto.

Momento "agridulce" para Laya

La ministra saliente, Arancha González Laya, no ha podido esconder su cara de decepción durante el traspaso de carteras con José Manuel Albares. La predecesora ha deseado suerte a su sucesor y ha admitido que la remodelación ha llegado para ella en un momento "agridulce". Ha sido "dulce" por lo que supuestamente ha conseguido su ministerio en el último año, pero también "amargo" por todo aquel trabajo que no ha podido culminar. No es ninguna sorpresa que aparecía en todas las quinielas previas a la remodelación del sábado.