Justo una semana después de las elecciones generales del domingo pasado, y ante la compleja situación en que solo sería posible una investidura de Pedro Sánchez con el voto favorable de Junts per Catalunya, hecho que ha traspasado la llave de la investidura a Carles Puigdemont, la exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha defendido que las fuerzas catalanas hagan una lectura conjunta de las elecciones en una clave "antifascista", pero ha admitido que de cara a la investidura, "Junts tiene una gran responsabilidad, porque sus votos son decisivos para un gobierno de coalición progresista", y a pesar de rehuir que ahora lo que haga falta sea "convencer a Puigdemont", ha señalado que la oferta de los comunes pasaría por "un gobierno progresista con mucho juego para desjudicializar el conflicto y avanzar en temas como la financiación, la defensa del catalán y el traspaso de Rodalies".

En el marco de una entrevista en Rac1, Colau ha querido "enfriar la euforia" que se vivió la noche electoral, cuando "frenamos de entrada a la extrema derecha", porque ha admitido que "el resultado es muy complejo". Por eso ha reivindicado el "sentido mayoritario del voto en Catalunya, que ha sido antifascista,", y ha pedido "pragmatismo" y "diálogo" para llegar a un acuerdo de legislatura. En este sentido, ha valorado positivamente que Jaume Asens sea el interlocutor de Sumar para conseguir el voto favorable de Junts, aunque ha apuntado que su misión "no es convencer a una persona o un partido, es dialogar entre las fuerzas catalanas para hacer el análisis de los resultados y decidir si queremos avanzar en la desjudicialización y el diálogo o queremos que venga la vía autoritaria". "No quiero enfocarlo en que hay que convencer a una persona, en este caso Puigdemont", ha insistido.

"Collboni era el mal menor"

Con respecto a la situación en el Ayuntamiento de Barcelona, la exalcaldesa ha señalado que la primera opción de Barcelona en Comú era la de constituir un gobierno progresista, porque "tenemos la opción de un gobierno de izquierdas de 24 concejales", pero que cuando se vio que las opciones se habían reducido a Xavier Trias y Jaume Collboni, "en función de nuestro programa vimos que el mal menor era Jaume Collboni, porque Trias se presentaba solo para destruir la Barcelona de Colau". En este sentido, Colau ha apuntado que "el PSC tiene que aclarar con quien quiere gobernar, si quiere un pacto de izquierdas que se ponga a trabajar, y si quiere hacer sociovergencia, nos quedaremos en la oposición".

Finalmente, con relación a la polémica por la elección de Najat el Hachmi como pregonera de las fiestas de la Mercè, ya que se han criticado las opiniones de la escritora sobre el colectivo trans, Colau ha asegurado que a pesar de "discrepar" de las opiniones de El Hachmi, no pedirá a Collboni que cambie de pregonera. "No pienso participar en ninguna operación de cancelación ni de linchamiento, ha sido escogida por el actual alcalde y, por lo tanto, escucharemos el pregón y si hay opiniones contra las personas trans, la criticaré", ha señalado la exalcaldesa para insistir en que no practicará "este deporte del linchamiento del pregonero que nosotros ya sufrimos en el caso de Pérez Andujar".