Ada Colau no sólo ha anunciado que no participaría en la tradicional recepción al Rey, como el presidente del Parlament, Roger Torrent, sino que, además, en un mensaje en las redes ha formulado fuertes críticas con respecto al mismo acontecimiento, conocido popularmente como "el besamanos". La alcaldesa de Barcelona ha afirmado que se trata de un acto de "vasallaje impropio de una democracia del siglo XXI", y ha criticado que el monarca "no es un cargo elegido democráticamente sino hereditario". La alcaldesa ha querido contestar a las críticas que ha recibido desde el unionismo: "Una cosa es el respeto institucional y otra el homenaje. Más en los tiempos que corren", ha explicado Colau.

A favor de las críticas a la monarquía

En su escrito en las redes sociales, Colau se ha reafirmado con más dureza: "En una democracia adelantada cualquier cargo público, el Rey también, tiene que poder ser criticado y cuestionado. Más si no es un cargo elegido democráticamente sino hereditario. Por todo eso, hoy y mañana coincidiré cordialmente con el Rey pero no participaré en el besamanos que, como el propio nombre indica, es un acto de homenaje y vasallaje impropio de una democracia del siglo XXI". Y, además, Colau ha criticado especialmente a Felipe VI por su relación con Catalunya: "el Rey no ha tenido un mínimo gesto de empatía hacia la gente que sufrió aquellas cargas y pronunció un discurso durísimo avalando la línea represiva, en lugar de intentar apaciguar el conflicto y aportar serenidad, que era lo que en principio se esperaría de un jefe de Estado".

Por la libertad de expresión

En este punto, Colau extiende su razonamiento a cuestiones ligadas a la libertad de expresión y ha asegurado que "en los últimos tiempos hemos visto cómo la libertad de expresión se limita a una velocidad preocupante". "Dentro de esta limitación se intenta que la figura del rey sea intocable y que toda crítica esté hecha desde el miedo", ha denunciado Colau, que ha recordado el caso del rapero mallorquín Valtònyc, quien "ha sido condenado esta semana a tres años y medio de prisión por sus canciones. Y aunque algunas de sus letras me desagraden profundamente y me provoquen rechazo -ha dicho Colau-, encuentro una aberración que se le impute un año por injurias a la corona". Colau ha finalizado su escrito en las redes sociales asegurando que Barcelona, además de innovadora, es una "ciudad comprometida con la libertad de expresión, la paz y los derechos humanos, y por eso pedimos respeto".