El juzgado de lo penal número 1 de Reus ha absuelto a la tuitera de la misma ciudad que fue juzgada por, supuestamente, injuriar y amenazar al magistrado del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, en un tuit. Por una parte, la jueza argumenta que la captura de pantalla que los Mossos d'Esquadra hicieron del mensaje, borrado posteriormente, no puede convertirse en prueba inculpatoria pasando por encima del derecho a la presunción de inocencia.

La sentencia, además, también da la razón a la defensa en el fondo de la cuestión y descarta que el tuit pueda ser considerado como una amenaza o como una injuria, en el contexto de un debate público y de crítica social en los cuales las restricciones a la libertad de expresión tienen que ser "mínimas", según la jurisprudencia.

La acusada fue procesada por haber publicado un tuit en el cual se tildaba de "hijo de puta" el magistrado del Supremo, se indicaba el lugar de trabajo de su mujer y se llamaba a difundir los datos porque "no podrán ir por la calle a partir de ahora". A la finalización de la vista oral, Fiscalia mantuvo la petición de un año y medio de prisión por un delito de amenazas -o subsidiariamente de coacciones-, y de 2.100 euros de multa por injurias.

La jueza del Penal número 1 de Reus, sin embargo, ha considerado que ni con las pruebas aportadas se le puede atribuir la autoría, ni el contenido del mensaje mismo es delictivo, tal como argumentaba la defensa, ejercida por Lluís Gibert, del Col·lectiu d'Advocats Voluntaris 1-O de Reus.

La atribución de la autoría a la acusada se efectuó mediante una captura de pantalla por parte de los Mossos d'Esquadra, dado que el tuit fue borrado poco tiempo después de ser publicado y la cuenta fue restringida. En la investigación policial, los agentes no pudieron descartar de forma concluyente que el mensaje hubiera sido manipulado.

Tampoco pudieron certificar que la cuenta desde donde se publicó era propiedad de la acusada, después de comparar las fotografías de los perfiles de Twitter, Facebook y Linkedin y constatar la coincidencia del nombre –Cori Sauné- y el lugar de residencia, la ciudad de Reus. Durante la vista oral, la acusada negó ser la autora del mensaje.