Deberán salir los tres partidos en la foto. La extrema derecha sabe que sus votos son imprescindibles para impedir alternativas de izquierdas, y por eso los hace valer. En su primera rueda después de meses, este miércoles en Madrid, Santiago Abascal ha querido enviar un mensaje al PP y Ciudadanos: no apoyarán ningún gobierno autonómico o municipal si no se sientan con ellos en una misma mesa de negociación. Lo que pasó en Andalucía, donde sólo dialogaron con los populares, no quieren que se repita esta vez.

"No será difícil llegar a acuerdos con quien se siente a dialogar con nosotros, pero será absolutamente imposible apoyar un gobierno de quien ni siquiera se siente a hablar con Vox", ha sintetizado el dirigente ultra en una comparecencia por valorar los resultados de las elecciones europeas, autonómicas y municipales. Y ha advertido: "Sin Vox no hay alternativa a la izquierda".

En este sentido, Abascal ha considerado que el modelo andaluz "no es útil", porque después complica la fiscalización del cumplimiento de los acuerdos alcanzados. Esta mesa a tres que reclama la extrema derecha, sin embargo, choca con los recelos de la dirección de Ciudadanos, que en el caso de Andalucía ya evitó la fotografía y en todo momento se ha desmarcado de las negociaciones que estableció el PP.

En cambio, el presidente de Vox no ha dejado claro si exigirán formar parte de estos gobiernos de derechas que se puedan formar, como en la Comunidad de Madrid, aunque sí que ha reivindicado el "derecho" a reclamarlo. La decisión será tomada este jueves por el Comité Ejecutivo Nacional de la formación ultra.

Conversación telefónica con Casado

Abascal ha admitido que ha mantenido un "contacto informal" con el líder del PP, Pablo Casado, con quien tuvo una conversación telefónica. En cambio, ha precisado el dirigente ultra, no ha tenido ningún tipo de contacto ni con el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ni con ningún miembro de su dirección.