El vicepresident Oriol Junqueras ha dado 5 toques dialécticos a las acusaciones del Tribunal Supremo, durante su declaración de tono político respondiendo sólo a preguntas de su abogado, Andreu van den Eynde.

El primer toque es cuando Junqueras se ha definido de entrada como preso político, una cuestión que es anatema en la política y los medios de comunicación españoles.

El segundo toque es cuando Junqueras ha contradicho el relato de las acusaciones españolas sobre la supuesta violencia en la concentración delante de la conselleria d'Economía, recordando que se cantó el Virolai, el himno dedicado a la Virgen de Montserrat.

El tercer toque ha sido cuando Junqueras ha dedicado una parte del discurso a decir que ama a España y la lengua castellana, en un intento de romper la visión española sobre Catalunya y el catalanismo. Los fiscales y el mismo Marchena parecían no mostrar el mismo trato con el catalán, después de que no se ha admitido la traducción simultánea, y que en numerosas ocasiones se ha citado a los acusados como si su nombre fuera en español. El fiscal ha nombrado en una ocasión a Junqueras "Oriol Pujol".

El cuarto toque es que Junqueras ha estado tan cómodo en su discurso que incluso ha pedido disculpas por si había sido demasiado apasionado. La acusación no ha podido hacer nada ni entrar en detalles porque no ha respondido a sus preguntas, y en cambio la conversación con el abogado Van den Eynde estaba pactada.

El quinto toque ha sido cuando Junqueras se ha explayado en el pacifismo del movimiento independentista, y ha negado las acusaciones de violencia, que la fiscalía necesita para avalar que se produjo una rebelión.