Los disturbios de este martes por la noche en el centro de Barcelona, al final de una movilización que había transcurrido de forma pacífica como respuesta a la sentencia condenatoria del 1-O, acabaron con 250 contenedores quemados, cuyo coste se eleva a 320.000 euros.

Así lo ha indicado este miércoles el presidente de la Junta de Portavoces del Consejo Municipal, Jordi Martí. Este primer balance, tendrá que añadir la valoración del resto de desperfectos al mobiliario urbano, como semáforos u otras señales, así como la limpieza suplementaria y el asfaltado de las calles que quedaron afectadas.

"No son cosas que nos gusten. No tendrían que volver a pasar en la ciudad", ha afirmado Martí.

"Es combinable la legítima protesta de rechazo a una sentencia que nosotros consideramos del todo injusta [el grupo de Barcelona en Comú] y evitar estas situaciones que todavía dificultan más la salida del conflicto de la situación política", ha destacado ante los medios de comunicación Martí.

El concejal ha añadido: "La movilización en la ciudad se tiene que hacer por vías pacíficas. El independentismo había estado siempre pacífico y creo que muy mayoritariamente lo es. Tenemos que hacer un llamamiento a calmar los ánimos".