Claudi Pérez y Miquel Noguer publican hoy en El País una entrevista con Oriol Junqueras. Entre la profesión periodística siempre ha circulado la máxima aquella que dice: "Junqueras nunca da ningún titular", pero resulta que en esta entrevista la noticia es que el el exvicepresidente del Gobierno regala los titulares como quien regala caramelos en una pasada de Sant Antoni.

Servidor de usted es queda con este momento:

P. ¿Engañaron ustedes a los catalanes prometiendo una independencia imposible?

R. Y una mierda. Y una puta mierda. Dijimos la verdad: que el Procés tenía que acabar en la independencia. Eso se impidió con palizas, prisión, destituyendo Gobiernos y cerrando Parlamentos.

Creo que es la frase más contundente que le he leído o le he oído a Oriol Junqueras desde hace muchos años. En la forma, mucho, sí, pero sobre todo en el fondo. Si Junqueras responde a una pregunta con la expresión "y una mierda" y lo remata con un "y una puta mierda", que en público nunca había utilizado y en privado posiblemente tampoco mucho, es que está hasta las narices de lo que hay detrás de la pregunta, que no de la pregunta.

Cierto independentismo "estupendo" del "yo ya lo sabía" y luna sobredosis de superioridad moral, más una parte del "catalanismo no independentista comprensivo" coinciden en repetir a menudo el argumento según el cual el 1-O fue un engaño masivo de los políticos que ahora están en prisión o en el exilio. Entiendo que con esta respuesta, Junqueras quiere que quede escrito que está hasta la coronilla de esta afirmación. Por eso va con esta contundencia.

Pero tomemos una respuesta anterior realizada en la misma entrevista para intentar hacer una composición de lugar de lo que podría suceder algún día que siempre será demasiado lejano. Es cuando Junqueras, hablando de este PSOE con quien Esquerra ha negociado la abstención que ha permitido la investidura de Pedro Sánchez, afirma que "siguen mostrando dosis de inhumanidad alucinantes: saben que somos inocentes y siguen callando. Los socialistas catalanes han aplaudido la prisión de inocentes (...) Será un placer cruzármelos cuando salga de aquí y ver si aguantan nuestras miradas".

Cuando Oriol Junqueras salga definitivamente de prisión (y cuando digo él también quiero decir Dolors Bassa, Jordi Cuixart, Carme Forcadell, Quim Forn, Raül Romeva, Josep Rull, Jordi Sánchez y Jordi Turull), efectivamente se cruzará con mucha gente. Con los socialistas catalanes, sí, pero también con gente de muchos otros partidos, la mayoría de los cuales ya no estarán en política. Sobre todo los de un partido que ha hecho bandera del desprecio y el insulto hacia los miembros del Gobierno del 1-O.

¿Cómo serán aquel día las miradas con Oriol Junqueras, el resto de presos y los exiliados? ¿Y cómo serán las que se cruzarán con todos estos indepes que saben la solución al conflicto y que repiten que Junqueras, el resto de presos y los exiliados son un grupo de tontos farsantes? Pues querría equivocarme, pero me temo que no serán como Junqueras se piensa. Cuando tú no eres capaz de manifestar una mínima empatía humana porque tu discurso político público no te lo permite, tu discurso político público no te permitirá manifestar ninguna empatía, ni humanidad, ni compasión nunca más.

El día que Junqueras y el resto se crucen miradas con según quién aún tendrán que soportar el desprecio de quién se siente un elegido... que nadie ha elegido nunca y que sólo está en la pista del circo para entretener a los chiquillos menos exigentes.