Contra el pronóstico de las encuestas (todas menos la de este periódico​), de los politólogos y los periodistas, Xavier Trias i Vidal de Llobatera volverá a ser alcalde de Barcelona. Desde un punto de vista democrático, se lo merece, porque Trias perdió la alcaldía por las maniobras de la guerra sucia organizada desde el Ministerio del Interior. Seguramente no habrá sido este el motivo que ha movilizado el voto a su favor, sino el autoritarismo que ha caracterizado el comportamiento del equipo de Ada Colau y su club de fans. Con algo más de generosidad por su parte, abanderando como abanderaba todas las causas positivas, podrían haberse eternizado en la Casa Gran, pero cuando gobiernas y te limitas a buscar la ovación de tu minoría, la mayoría se siente interpelada y responde. Todo el mundo debe tener convicciones, pero nunca conviene creerse la propia superioridad moral.

A pesar de todos los intentos que llevará a cabo el Partit dels Socialistes para forzar a Esquerra Republicana a votar a Jaume Collboni como alcalde, ni a ERC le conviene ahora antes de las generales entregar la alcaldía a Collboni, ni al PSOE un pacto con ERC. Tampoco se hará ahora, antes de las generales, la sociovergencia, es decir, la coalición de los 11 de Trias y los 10 del PSC. Esto sólo le interesa a Trias para poder empezar a trabajar con un gobierno estable, pero ni a Junts per Catalunya ni al PSC tampoco les conviene enseñar las cartas antes de las generales y quizás de las catalanas. Conclusión, Trias será investido alcalde simplemente como candidato de la lista más votada.

Pese a todos los intentos que llevará a cabo el PSC para forzar a ERC a votar a Jaume Collboni como alcalde, ni a ERC le conviene antes de las generales entregar la alcaldía de Barcelona a Collboni, ni al PSOE un pacto con ERC

La iniciativa de Pedro Sánchez de convocar elecciones anticipadas detiene y aplaza cualquier decisión importante que pueda tener efectos en el debate electoral. El único acuerdo importante que sí saldrá adelante porque beneficiaría a todos los participantes será el que elegirá a Lluc Salellas, candidato de Guanyem/CUP, nuevo alcalde de Girona, con los votos de Junts y de ERC. Sería impensable que el bloque de partidos independentistas cedieran la alcaldía a la candidata del PSC, Sílvia Paneque, la más votada.

Sociológicamente, Convergència todavía existe como nicho electoral. Se niega a desaparecer a pesar de las tonterías de sus dirigentes. Y es Convergència porque los que han tenido buenos resultados han sido los candidatos moderados y centristas en Barcelona, Sant Cugat del Vallès, Figueres, Martorell, Igualada. Este dato será determinante para marcar el rumbo del partido

Las elecciones municipales en Catalunya han registrado una victoria importante de los socialistas que recuperan territorio perdido gracias en parte a la OPA que han presentado contra Ciudadanos, colocando en sus listas a antiguos candidatos del partido que fundó primero y hundió después Albert Rivera. Pero las elecciones también dan un dato significativo. Todos los partidos han perdido votos menos uno y este es, sorprendentemente, Junts per Catalunya. Ha ganado pocos, 16.652, pero ganar cuando todos pierden y con todo lo que les ha pasado significa algo. Y ese algo és que lo de Convergència, sociológicamente hablando, todavía existe como nicho electoral. Se niega a desaparecer a pesar de las tonterías de sus dirigentes. Y digo Convergència porque quienes han tenido buenos resultados han sido los candidatos moderados y centristas en Sant Cugat del Vallès, en Figueres, en Martorell, en Igualada. Este dato será determinante para marcar el rumbo del partido y de todos los satélites que han surgido de la órbita pujolista, desde el PDeCAT hasta los que todavía se reivindican como convergents, el grupo de Germà Gordó. La convocatoria de las generales contribuye al reagrupamiento porque quedan pocos días y juntarse, sumar energías, siempre da mejor resultado que hacer el ridículo con rencillas incomprensibles.

Pedro Sánchez ha convocado las elecciones anticipadas para detener la rebelión interna en su partido y poner a la gente a trabajar para que las elecciones se celebren en un ambiente similar al de 2004, cuando después de la infamia del 11-M, las izquierdas se conjuraron para evitar el gobierno de la derecha

Precisamente Pedro Sánchez ha convocado las elecciones anticipadas para detener la rebelión interna en su partido. Tras la derrota en las generales, mantener la legislatura equivalía a prolongar la agonía y dar pie a sus adversarios internos en el Partido Socialista a disputarle el liderazgo. Convocando elecciones obliga a todo el mundo a ponerse a trabajar por el objetivo común de ganar. Sumar y Unidas Podemos se pondrán rápidamente de acuerdo. Y lo mismo deberían hacer los independentistas, si saben leer el castigo recibido el domingo por sus estupideces. Sánchez se lo juega a todo o nada, pero intenta que las elecciones se celebren en un ambiente similar a las de 2004, justo después de los atentados del 11-M, para movilizar a todas las izquierdas y evitar un gobierno formado por la derecha extrema y la extrema derecha. La previsión en España es una incógnita, pero en Catalunya los socialistas arrasarán, aunque el soberanismo también tiene argumentos para hacerse valer si sabe explicarse bien.