Hace una semana el Departament d’Economia i Hisenda de la Generalitat publicó su Nota de Conjuntura Econòmica número 122, un informe trimestral que toma el pulso de cómo está evolucionando la actividad en nuestro país. Es un documento de casi 100 páginas que da un repaso amplio de grandes bloques temáticos: en torno a la economía, el PIB, el comercio exterior, los precios y los salarios, el mercado de trabajo, el ámbito monetario y financiero y el sector público. El trabajo incluye las previsiones macroeconómicas para 2023 y 2024.

 

 

Del informe en cuestión, me ha parecido oportuno destacar los puntos que dibujan de forma bastante clara la evolución de la economía catalana en los últimos tiempos y también alguna previsión de futuro.

  • Durante el primer trimestre de 2023 la economía catalana ha crecido más de lo que se preveía y lo ha hecho por encima del crecimiento del entorno, debido, entre otros factores, a las menores tensiones en las cadenas de aprovisionamiento y en los suministros energéticos, y a pesar de las tensiones inflacionarias y los aumentos de los tipos de interés. El PIB catalán hace ocho trimestres seguidos que crece por encima del de la zona euro. A lo largo del primer trimestre ha crecido un 1,2% con respecto al mismo periodo de 2022, y la previsión para 2023 es que el aumento sea del 1,7%. Para 2024 se prevé un crecimiento del 2,2%, lo que supondría superar el valor emblemático de 300.000 millones de euros.
  • Por sectores económicos, en este primer trimestre el crecimiento mayor lo registran la construcción (4,5% interanual) y la industria (3,7% interanual), con las farmacéuticas, la maquinaria y el material de transporte en cabeza. El sector agrario no va nada bien, cae un 10% el primer trimestre (interanual), después de un 2022 con reducciones de producción en todos los trimestres y con una caída global del 3,9%. La sequía y el encarecimiento de productos básicos están teniendo mucha influencia. El turismo, un motor económico probablemente sobredimensionado, sigue su recuperación y en el primer trimestre ya se han alcanzado unos niveles de visitantes muy próximos a los de 2019, de antes de la pandemia.
  • El consumo también evoluciona en línea de crecimiento (mejor de lo que se esperaba con el aumento de la inflación y de los tipos de interés), con un especial dinamismo del gasto en tarjetas, un medio de pago claramente en vías de consolidación en detrimento de los pagos en efectivo. El BBVA apunta a un crecimiento en el primer trimestre de más del 6% en términos reales; otra fuente, Caixabank lo sitúa en más 7%, en este caso en términos nominales (incluyendo, por lo tanto, el aumento de precios).
  • La exportación de bienes durante los dos primeros meses de 2023 aumenta más del 19%, muy por encima de los países de nuestro entorno, y también por encima del aumento de las importaciones, que se estarían beneficiando de la desaceleración de los precios de la energía y de los alimentos.
  • Con respecto a los precios, la inflación se modera hasta el 3,1% en el mes de marzo (una de las más bajas de la zona euro), entre otras cosas por los grandes aumentos que se registraron un año atrás. Sin embargo, lo más preocupante es que la inflación subyacente (sin considerar la parte más volátil de la cesta de compra, como los alimentos frescos o la energía) sigue siendo muy alta, por encima del 7%.
  • El empleo evoluciona favorablemente: el primer trimestre los afiliados a la Seguridad Social son un 3% más que un año atrás, y baja la tasa de temporalidad. Sin embargo, ha aumentado mucho la población en edad de trabajar, lo cual ha provocado que la tasa de paro (parados/activos) haya subido hasta el 10,4%, enfrente del 9,9% del último trimestre de 2022. Catalunya sigue teniendo, estructuralmente, una tasa de paro 3 puntos porcentuales por debajo del conjunto del Estado.
  • Finalmente, un apunte sobre las finanzas de la Generalitat. Los ingresos no financieros han aumentado un 1,3% en el primer trimestre (interanual). La recaudación de los impuestos de la Generalitat ha aumentado un 2,4% y se encuentra en fase de desaceleración por la reducción de operaciones de compraventa (inmuebles, sobre todo) a remolque de los aumentos del tipo de interés. La recaudación del Estado en Catalunya (con el IRPF y el IVA como impuestos más importantes para las finanzas catalanas) sigue creciendo, pero menos que el año anterior. Con respecto al gasto, en el primer trimestre ha aumentado en conjunto un 4,8%, que incluye un destacable aumento de los costes de personal del 6,8%.

En definitiva, según se desprende de la Nota de Conjuntura Econòmica de la Generalitat basada en información estadística sólida, la economía catalana arranca en 2023 con unos registros mejores de lo que se esperaba inicialmente, y con unas expectativas de crecimiento más altas que los países de nuestro entorno.