El PSC no es el PSOE... por más que se empeñe el PSC. Sorprendente, Pedro Sánchez: hace un pulso al comité federal de su partido, en un intento de que las bases validen un futuro acuerdo con Podemos, y acaba convocando a los militantes a ratificar un pacto con Ciudadanos. Podría ser esta la gran metáfora de un desnortado secretario general del PSOE que llega a la sesión de investidura de este martes desprovisto de épica y habiendo abandonado a su suerte a los que creían de buena fe que iba a intentar un acuerdo de izquierdas con Pablo Iglesias, sus confluencias e Izquierda Unida. A Sánchez le ha fallado el truco final después de unas semanas ocupando el centro del escenario político y mediático y llega al Congreso de los Diputados aparentemente sin opciones de sacar adelante su investidura.

Aunque hay muchas maneras de leer los resultados de la consulta a la militancia respecto al acuerdo para un pacto de gobierno entre PSOE-C's y las más favorables las han ido apuntando los dirigentes de ambos partidos, también es cierto que del censo de votantes socialistas, establecido en 189.256, votaron a favor del acuerdo 74.146 militantes, ligeramente por encima del 39%. Estos porcentajes, que no dejan de ser algo discretos, empeoran mucho en Catalunya, donde los votos emitidos fueron del 31,32%, y del total del censo de votación, sólo el 24,4% aplaudió el pacto. Y ello no es extraño.

El PSC y su primer secretario, Miquel Iceta, preferían abiertamente un acuerdo con Podemos, que además avalara el acuerdo que intentan desde hace tiempo con Ada Colau en la alcaldía de Barcelona y eclipsara otros que tiene con Ciudadanos en Tarragona y Lleida. Un apoyo, el que ha obtenido Sánchez entre las bases socialistas catalanas, muy pobre y que no deja de ser una enmienda en profundidad al pacto PSOE-C's. ¿No será que la militancia del PSC sabe mejor que ninguna otra que hablar de tender puentes y acabar con las trincheras en Catalunya de la mano de C's es poco menos que imposible?