Hace unos días el PP salió a la calle en manifestación, aunque sin pancartas de partido, por si la jugada no le salía bien. Hay discrepancias en la valoración de la asistencia. El lema era "mafia o democracia", con un significado de tesitura para su destinatario: una opción era sostener a Pedro Sánchez y la corrupción que le sale ya por las orejas, no solo al partido, también al Gobierno y quizá a algunos elementos determinantes de las administraciones públicas, a la par que a las empresas que, por avaricia, por necesidad o por ambas cosas, hayan entrado en el juego. Y la otra, democracia, sería lo que ofrecería el jefe de la oposición. Pero ¿cómo? De hecho, ¿quién es el destinatario del lema? En lo inmediato serían los partidos que apoyan ahora mismo a Pedro Sánchez (incluido el suyo); a un medio plazo el destinatario sería la ciudadanía que será convocada en 2027. Pero 2027 no es en realidad medio, sino larguísimo plazo...
Cobardía es también la del PP, al no plantear una moción de censura que con toda probabilidad perdería
El PP, con algunos problemas de legitimidad cuando se escandaliza por corruptelas que también a ellos han salpicado en algún momento, reclama democracia, es decir, que se convoquen elecciones y se permita a la ciudadanía votar. Pero ¿lo habría hecho Rajoy, si la moción de censura de Pedro Sánchez no hubiese prosperado? No lo sé, pero sí es cierto que, al interpelar al presidente del Gobierno para que disuelva las Cortes, hace patente no solo la cobardía de Sánchez, que sabiendo que el resultado electoral no lo acompañaría se resiste a convocar esas elecciones, reconociendo con ello su escasa aceptación popular. Cobardía es también no proponer a la cámara una cuestión de confianza, que tal vez perdería, pues no creo que haya una situación canónicamente más idónea para su planteamiento. Y cobardía es también la del PP, al no plantear una moción de censura que con toda probabilidad perdería, pero que también colocaría contra las cuerdas a tanto adalid de la libertad, de la justicia y de la buena política como supuestamente rodean a Pedro Sánchez: el que no estaría más de 18 meses en Madrid, la que dice que todos tienen que mover el culo, los que jamás piden perdón por los asesinatos que jalearon, los que hoy se venden a este y mañana a aquel, siempre a buen precio, y esos, los más puros, los incorruptibles de Podemos, que tampoco parece creer en la democracia con la que se llenan la boca mientras no les salgan los números. Si, como en su momento propuso Esperanza Aguirre, se comprometiera Alberto Núñez Feijóo a convocar elecciones al minuto uno de ser investido presidente, ¿no estarían todos ellos respetando de verdad la democracia apoyando la moción?
Pero sobre todo la moción de censura interpelaría al PSOE, algunos de cuyos militantes históricos ya han hecho suya la expresión de Alfonso Guerra: en el dilema entre salvar al PSOE y salvar a Sánchez lo importante es salvar al PSOE. Para los diputados de su partido, tal vez por quien los puso ahí, es más importante salvar al soldado Sánchez.