Escribió George Steiner que Europa siempre ha tenido una autoconciencia de su posible desaparición. Quizás porque el cristianismo cree en el juicio final. Entre agosto de 1914 y mayo de 1945, cien millones de hombres, mujeres y niños murieron debido a la guerra. La Europa en la que nacieron la filosofía y la razón ha vivido el hambre, la deportación y las masacres étnicas. Fue la casa de los muertos en el siglo XX. El hogar de bestialidades como Auschwitz y el gulag. Y Ucrania nos recuerda todos los días que este drama no está superado. Como nos lo recordó la guerra de los Balcanes.
No es nuevo. Ya lo denunció un documental en 2022. Pero ahora ha vuelto a ser noticia con más fuerza, porque la justicia italiana se ha arremangado a raíz de una denuncia: millonarios occidentales pagaron miles de euros para hacer de francotiradores en Sarajevo y matar a civiles bosnios. Aún hoy da escalofríos.
El principal testigo del documental era un exagente de origen esloveno de los servicios de seguridad yugoslavos, reconvertido —tras el comienzo de la guerra de Bosnia— en informador de los estadounidenses. Entre 1992 y 1995, viajó a este territorio 35 veces por encargo de Washington. Y afirma que lo llevaban en helicóptero desde Belgrado a Pale, en la República Srpska —la escisión proserbia de Bosnia—, desde donde iba hacia Sarajevo con un grupo de hombres. Y que no todos eran soldados serbios. Había también "extranjeros que, por ciertas sumas de dinero, disparaban a los habitantes sitiados".
Millonarios occidentales pagaron miles de euros para hacer de francotiradores en Sarajevo y matar a civiles bosnios
El segundo testigo es Edin Subasic, quien durante los años de la guerra trabajó para la inteligencia del ejército bosnio. En el documental asegura que, cuando les llegaron informaciones en el sentido de que millonarios occidentales y rusos estaban pagando fortunas para disparar como francotiradores en un "safari de humanos", se pusieron a investigarlo. Descubrieron que algunos llegaban desde Italia. Se pusieron en contacto con los servicios de inteligencia de ese país. Y les dijeron que habían localizado el punto de origen, que ya había sido neutralizado y que no iba a suceder más.
Ahora, la Fiscalía de Milán ha abierto una investigación para esclarecer los hechos, tras la denuncia del escritor Ezio Gavazzeni —que empezó a investigar a partir del documental— y de los abogados Nicola Brigida y Guido Salvini. Aseguran que la denuncia se basa en documentos que probarían los hechos. Se habría identificado a decenas de personas de alto poder adquisitivo y, además de italianos, habría franceses, estadounidenses, canadienses, rusos y… españoles. Los francotiradores extranjeros habrían viajado en grupos organizados desde Trieste. Disparar contra niños tenía una tarifa más cara.
Como escribe el propio Steiner, la grandeza del Homo sapiens consiste en el logro de la sabiduría, la búsqueda del conocimiento desinteresado y la creación de belleza. Quizás aquellos señores ricos estaban saturados de bienes materiales superfluos que les dejaron sin alma. En cualquier caso, está bien recordarnos que por mucho Aristóteles, Erasmo, Voltaire, Marx, Freud o Einstein que tengamos, los europeos no somos moralmente superiores. Y no sé si Europa lo hará antes, pero que el Homo sapiens se extinguirá un día en sus propias manos, me parece cada vez más evidente.