Esta semana sería fácil escribir sobre lo que se puede confirmar mañana, que la Diputación de Barcelona pasará a manos del PSC. La tercera institución del país en manos del PSOE y, de facto, la gestión de más de 1.000 millones de euros. Pero prefiero dedicar este espacio ―creo que es mucho más importante― a seguir hablando de lo que ya les explicaba la semana pasada, en "Cuando se quema tu casa", la experiencia de ver cómo el fuego arrasa todo lo que los abuelos nos enseñaron a valorar, a cuidar, a trabajar y a vivir del fruto que te da la tierra.

El incendio que ha afectado a las comarcas de la Ribera d’Ebre, el Segrià y les Garrigues ha dejado más de 5.000 hectáreas arrasadas. Los efectos, la quema y la hipoteca de los sueños e ilusiones de centenares de agricultores y ganaderos que, impotentes, ahora ven como lo han perdido todo, que han perdido aquello de lo que dependen para subsistir. La tierra quemada como respuesta, la tierra quemada como la nueva realidad.

Les quiero recordar que sólo han pasado 14 días desde el incendio, uno de los incendios más importantes de las últimas décadas en Catalunya. Inundados por el frenetismo del día a día, vivimos una realidad informativa que cambia en cada minuto y que empuja hacia el olvido los problemas del ayer, como que tenemos una parte del territorio que necesita ayuda.

Dos semanas después de aquel fatídico 26 de junio, el silencio que impera en un paisaje salido de las tinieblas, de repente, se rompe, cuando suena con mucha fuerza una canción, "A la vida". La potencia de la voz de Maria Arnal y los acordes de Marcel Bagés retruenan entre los pinos y los olivos quemados, de donde brotan hombres y mujeres valientes que nos dicen que eso no se ha acabado, que nada de "lanzar la toalla", que aquí están, que "somos y seremos" y que se arremangan.

Así es como empieza el vídeo que explica el proyecto de Rebrotem.cat, la plataforma creada para canalizar y coordinar las acciones y la solidaridad hacia un territorio, ahora, de paisaje lunar. Rebrotem nace gracias al logo que el ilustrador Daniel Rull publicó en las redes y que la solidaridad captó como imagen del espíritu para salir adelante, de rebrotar. El árbol que quiere volver a brotar; el símbolo de volver a nacer, de la vida, de la esperanza. Son miles las muestras de solidaridad que nos han llegado de toda Catalunya ―servidor también está implicado en el proyecto― y son miles las gracias que os queremos dar. Tenemos mucho, mucho, mucho trabajo por anticipado y todos sois indispensables, pero, primero, hace falta analizar y priorizar lo que es más importante, las acciones más urgentes.

Es hora de que nos arremanguemos todos, territorio e instituciones, y que nos planteemos qué modelo de país queremos

Primero de todo, hay que revertir esta situación dramática de manera inmediata, eficaz y transparente. Este es el objetivo principal del proyecto crowdfunding que se ha creado para ayudar a todos los afectados. Necesitamos un fondo de emergencia para la reconstrucción de la tierra afectada. Queremos devolver la vida a las tres comarcas afectadas por el incendio forestal y por eso se pone en marcha esta campaña. Piden solidaridad para crear un fondo común para restaurar el ecosistema rural y facilitar que agricultores y ganaderos puedan rehacer su vida. Acciones y actividades para reflexionar sobre qué modelo de país queremos. Queremos resaltar que todos los fondos recaudados se destinarán directamente a los afectados, con criterios de prioridad y con la máxima transparencia, trabajando codo con codo con los ayuntamientos de las zonas afectadas, quienes nos dan todo su apoyo.

Ahora os pedimos ayuda. Ayudadnos a hacer que miles de personas puedan salir adelante. Que puedan seguir viviendo de lo que la tierra da, poniendo en valor la agricultura y la ganadería como elementos esenciales de país. Necesitamos a los 7,5 millones de catalanes y catalanas. Necesitamos que el norte piense en el sur, desde el este hasta el oeste. Necesitamos la solidaridad de la que Catalunya siempre ha hecho bandera, ayudando a los más desfavorecidos, ahora, el conjunto de campesinos y ganaderos ―y sus familias― que no saben si mañana tendrán un plato en la mesa.

Necesitamos medidas urgentes para revertir este desastre, con la reposición de mangueras de riego y canalizaciones y la recuperación de los terrenos agrícolas afectados. Actividades para divulgar el modelo de vida rural, la sostenibilidad y la gestión del equilibrio territorial. Dar valor al sector primario y a la calidad de su producto.

Ahora es la hora de reflexionar y reconocer que tenemos un modelo de país agotado, en las últimas, y que hace falta un cambio de paradigma. Un problema de todos y que todos juntos tenemos que solucionar.

Es hora que nos arremanguemos todos, territorio e instituciones, y que nos planteemos qué modelo de país queremos. Ahora tenemos la oportunidad de generar el cambio en el territorio, en su fauna y en su flora, en la ganadería y en el campesinado, en la explotación forestal, sin embargo, sobre todo, el cambio que permita que la gente viva allí con dignidad y con capacidad de prosperar.

Hagamos que se hable del sur de Catalunya por su calidad y no por los desastres que pasan, como ha sido ahora este incendio. Un territorio que se siente maltratado y a menudo olvidado. No es así para sectores de la administración pública que lo han visto como el vertedero de Catalunya. Ahora con la enésima, con la aprobación de un nuevo macrovertedero en la población de Riba-roja d'Ebre (Ribera d'Ebre), el segundo en la comarca.

No quiero acabar sin volver a dar las gracias a aquellos que nos habéis mostrado vuestro apoyo con todo tipo de iniciativas, ¡todas adelante! Necesitamos vuestra ayuda y muy pronto lo haremos juntos.

La tierra herida llora, abracémosla, hagamos que pueda rebrotar.