Antoni Castells, el profesor emérito de la UB y exconseller de Economia i Finances, dirigió el año pasado un trabajo sobre las consecuencias económicas y financieras de diferentes escenarios de relación entre Catalunya y España. En este libro de 410 páginas, publicado por el Institut d'Estudis de l'Autogovern, un grupo de expertos en la materia hacen sus contribuciones, hasta convertir la obra en lo que es probablemente el documento más riguroso y extenso de los últimos años sobre la economía de las relaciones políticas entre Catalunya y España. Una obra de referencia en la que han participado nueve autores de prestigio reconocido, y sobre la cual el blog de economía catalana www.5centims.cat está publicando algunas síntesis firmadas por ellos mismos. En este artículo me hago eco de las dos primeras entradas en este blog.

La primera es la del director del trabajo referenciado. En 2010, la sentencia sobre el Estatut dictada por el Tribunal Constitucional situó las relaciones entre Catalunya y España en una situación de interinato que todavía dura ahora. El fracaso de la reforma estatuaria nos hizo pasar a un espacio de relación en el que no hay unas reglas de juego pactadas, sino unas reglas impuestas bajo la forma de praxis regular que ejerce el Estado. Esta situación que, a criterio mío, es impropia, se alarga en el tiempo y no se le ve, hoy por hoy, un final próximo. No sabemos cuándo cambiará porque el Estado ha demostrado sobradamente que no tiene ninguna prisa, vean, si no, un caducado desde hace ocho años sistema de financiación, que no escandaliza a nadie. Sin embargo, también a criterio mío, sería iluso pensar que el conflicto político que hay detrás no existe. Quizás está dormido, pero está latente. De aquí la utilidad de mirar adelante y dibujar escenarios de relación que hay que pensar que algún día se abordarán.

Cuanto más poder político se le asigna a la Generalitat, más recursos tiene, más disminuye el déficit fiscal y más aumenta el PIB

Los que presenta Antoni Castells y que se analizan en el libro de referencia son cuatro niveles de autogobierno sobre los cuales se evalúan los efectos económico-financieros. Se contemplan los escenarios de 1) mantenimiento del statu quo, 2) federalismo, 3) acuerdo bilateral y 4) independencia. Sabiamente, el profesor Castells nos advierte de que, contra las tentaciones de discusiones nominalistas sobre los escenarios, a lo que hay que prestar atención es a los resultados que se consiguen en cada uno de ellos, no es importante la etiqueta sino el contenido, lo que resulta de cada escenario. Y eso se concreta en dos cosas: cómo quedarían afectadas las finanzas de la Generalitat y cómo variaría el PIB en cada caso.

Los resultados que se obtienen confirman lo que se podía fácilmente intuir: cuanto más poder político se le asigna a la Generalitat, más recursos tiene, más disminuye el déficit fiscal y más aumenta el PIB. Muy acertadamente, Castells nos advierte de la incidencia de factores más difíciles de cuantificar, uno de los cuales son los costes de transición de la situación actual a la de cada uno de los escenarios, es decir, el paso de una situación estática a otra. Estos costes afectarían especialmente al escenario de independencia —hemos podido tener una muestra con la experiencia del referéndum, los boicots comerciales, los boicots a la banca catalana, el traslado de sedes, entre otros.

En el mismo libro, las profesoras Núria Bosch y Maite Vilalta estiman el aumento de recursos que obtendría la Generalitat en seis escenarios de relación Catalunya-Espanya diferentes del actual. Tres de ellos son variantes del modelo federal (federalismo débil, moderado y potente) y los otros tres son pacto bilateral, modelo foral (tipo País Vasco) y pacto confederal. No tratan el escenario de independencia, que requiere metodologías diferentes de las de su trabajo y que ha sido tratado en diferentes estudios. Tres conceptos sobrevuelan cada uno de los escenarios, que determinan los resultados a los cuales llegan las autoras del trabajo: grado de autonomía tributaria de Catalunya respecto del Estado, nivelación fiscal (aportación catalana al resto de comunidades autónomas, por el principio de equidad) y el equilibrio vertical (suficiencia de recursos autonómicos). Su trabajo es extenso y muy riguroso. Solo reproduzco los resultados a los que llegan en cada escenario. En todos ellos Catalunya sale ganando.

Concretamente, en el ámbito de la Generalitat, el incremento de recursos que obtendría por cada uno de los niveles de poder político analizado es este:

  • Federal débil: 3.929 millones €
  • Federal moderado: 6.862 millones €
  • Federal potente: 9.969 millones €
  • Pacto bilateral: 9.969 millones €
  • Foral (tipo País Vasco): 18.456 millones €
  • Pacto confederal: 23.681 millones €

Sobran las palabras y falta el dinero.