Luis Enrique es el flamante premio Johan Cruyff 2025 al mejor entrenador del mundo, anunciado en la gala del Balón de Oro. Ya sabéis que la ganó Ousmane Dembélé, el mismo que desesperó al Camp Nou y que falló un gol cantado ante el Liverpool, con el que quizás el Barça tendría una Champions más. Pero, vamos, ya da igual.

Luis Enrique ha copiado lo que hacen los entrenadores de rugby: ver los partidos desde la tribuna para analizar el juego con mayor perspectiva

Estos días se ha hablado mucho de la última teórica innovación del asturiano. Nada que ver con invertir en I+D. A veces es suficiente con que dos ideas tengan sexo. Como el rugby y el fútbol. De modo que Luis Enrique ha copiado lo que hacen los entrenadores de rugby: ver los partidos desde la tribuna para analizar el juego con mayor perspectiva. "Es algo que he visto en Francia que hacen los entrenadores de rugby y he querido probarlo. Y la realidad es que, desde arriba, recopilo mucha información que puedo utilizar en el descanso".

En un deporte a veces todavía tan rudimentario, Luis Enrique se mantiene en contacto con su ayudante Rafael Pol a través de unos auriculares por una línea interna. A su lado se encuentran los analistas del PSG. A los entrenadores de rugby los veréis rodeados de sus técnicos de ataque y defensa, o de los especialistas en melé, touch o pateo. La altura, como ya hacía en los entrenamientos con un andamio, le permite ver con mayor nitidez las claves tácticas para afinar más en la charla del descanso. En la segunda parte ya baja al césped a dar órdenes.

Antes de seguir, permitan un paréntesis respecto al rugby. No es la primera vez que el fútbol le copia. Por ejemplo, se ha pedido a los equipos que sea solo el capitán quien se dirija al árbitro. O se está sondeando la posibilidad de introducir las expulsiones temporales. También se ha microfonado al árbitro. Ahora solo falta que, como en el rugby, explique por los altavoces del estadio sus decisiones controvertidas. Y una de las cosas más reconocidas del rugby adaptada al fútbol es el VAR. En el caso del rugby se llama TMO, Television Match Official, y se implantó en el 2001. Empezó siendo una herramienta que solo se utilizaba para los ensayos, pero se ha extendido a todas las situaciones, poniendo énfasis en proteger la integridad física de los jugadores. El fútbol lo copió con el VAR. Otra cosa es que se utilice bien o no.

Bueno, el caso es que no parece tan difícil que nadie hubiera pensado antes lo que hace Luis Enrique. Y, efectivamente, ya lo hacía hace 40 años —siempre que podía— un entrenador de nombre Terry Venables. Y otros muchos lo hacen también en amistosos. El problema es que, salvo en Francia, en otros países la reglamentación no se lo permite. En España, esta práctica está prohibida. Y en la Champions, sin llegar a estar tipificada como falta la ausencia en el banquillo, el reglamento hace una descripción detallada de dónde deben estar los miembros del staff.

Por lo tanto, donde innova Luis Enrique es en el hábito, la tecnología y la coralidad. Pero la lección que da el entrenador está en el segundo párrafo del artículo. En esta era de la inmediatez y la mirada corta, sea en la vida, sea en la política, sea en los medios de comunicación, es necesaria siempre la perspectiva, salir de los árboles para ver el bosque. Y tomar mejores decisiones.