"Soy como el junco que se dobla pero siempre sigue en pie"
Duo Dinámico
Solo aparecer en los momentos de gloria y no en los de hastío o debacle. Norma básica del yo. El glosado último pleno del curso, el que iba a aprobar sin género de dudas las leyes amañadoras de Bolaños —qué mejor momento para que los jueces bailen a tu son—, el que iba a traer a los trabajadores la jornada más corta porque así la vida y los votos lucen más, el que iba a acabar con los apagones que solo a los proponentes les sucedieron ha acabado con las retiradas y con un rotundo NO a las propuestas del Gobierno. "Resistiré / Soportaré los golpes y jamás me rendiré / Y aunque los sueños se me rompan en pedazos / Resistiré, resistiré".
Es difícil contar las veces que Yolanda Díaz afirmó, juró, perjuró que la reforma laboral era un hecho, que no tenía marcha atrás, que saldría antes de las vacaciones, que fuera como fuera se haría. Ha sido no. Junts se lo ha impedido como, por otra parte, ya había anunciado. Hablar por no callar. Ganar espacio. Tener relato. Va a ser que no.
¿Le interesa a un partido catalanista dar las llaves y la espoleta de la Justicia al partido de Sánchez?
Otro que tal baila era Bolaños, el empecinado que ya ha reformado el ministerio fiscal, la justicia del siglo XXI, y ha diseñado el barrido de los jueces pata negra vendiendo la vaca antes de tenerla. Otra vez será. Esas leyes tan urgentes, sobre todo por lo que tocaba a retirar las acusaciones populares que tanto molestan cuando son de otros, se ha quedado en el cajón y no por la huelga de tres días de jueces y fiscales, no, con ellos ni se ha negociado, sino por la postura de Junts. La negativa se escenificó con una pléyade de enmiendas solicitando cosas objetivamente imposibles —¿podría Sánchez disolver la Audiencia Nacional tranquilamente?, ¿podría dar un Consejo de Justicia al que el TC dijo que no?— y que, según me malicio, lo que pretende es poner un listón literalmente imposible a la negociación. A fin de cuentas, ¿le interesa a un partido catalanista dar las llaves y la espoleta de la Justicia al partido de Sánchez? Los jueces y los fiscales están que no se lo creen, deberle, a Puigdemont, al menos el retraso de lo que consideran una tropelía, que además lo es. A este paso, "el prófugo" se corona como "el salvador". Tengo alguna apuesta en vigor al respecto.
Como la guantada en estas cuestiones era conocida, se apartaron antes de sufrir una derrota y deseó el Gobierno escenificar que aún tiene apoyo, que aún puede gobernar, presentando un decreto, denominado por los del relato, "antiapagones". Se llama legislativo mágico, aquel en el que los únicos que nos hicieron sufrir un cero absoluto, el apagón imposible, van a corregir ahora las cuestiones sin hablar ni negociar con nadie y, lo peor, sin haber dejado claras las causas del tal desastre. ¿Quién nos va a decir que no a un decreto que evite con su letra, esculpida en BOE, que nos volvamos a quedar a oscuras? Esta es la nuestra, debieron pensar cuando se sacaron el as de la manga, y cerramos el curso ganando a los triunfos para poder descansar tranquilos y reiniciarnos, como el Doctor Who. Órdago a la grande, señorías. Derrota absoluta es lo que se han llevado. Han tenido los votos en contra de la oposición y de dos de sus llamados socios, de modo que la suma de PP, Vox, Podemos y Junts ha arrojado 183 votos en contra. Negación absoluta. Una demostración de que votar lo mismo no tiene por qué significar votar juntos y de que hay que tomar la opción que cada formación considere sin pensar quién o quiénes tocarán el mismo botón con iguales o diferentes razones. ¿Cómo pretender que hay una mayoría que soporta al Gobierno, unos socios con los que contar, una legislatura por terminar? Menuda hostia, tú.
Pero esto sigue. Cada vez aumenta y aumentará el afán legislador sin futuro. Agitarse para que no se vea la parálisis. Se cuece la ley de secretos oficiales que pedía el PNV, pero con trampa, ojo, porque introduce las sanciones administrativas con multas millonarias para los que publiquen asuntos bajo secreto. ¿Y si es secreto pero el periodista se entera por otro lado? No hay forma de que redacten algo en lo que no asome la patita el afán muy poco progresista de poner la zancadilla gubernativa a los periodistas. No es lo único. Acechan por ahí los proyectos impensables con la debilidad del actual Gobierno, como el que pretende cambiar el acceso a la función pública en cualquiera de las ramas. ¡La perra que han cogido con cargarse las oposiciones! A saber por qué, a saber quién se lo apoyará.
Finalmente se han conformado con una victoria pírrica y un cambio cosmético que refleja de forma tragicómica la esencia de este Gobierno. Relato: cambiamos el nombre del Congreso de los Diputados a Congreso para ser más inclusivos. Realidad: el nombre está reflejado en la Constitución y, por tanto, para cambiarlo, como para cambiar el término "discapacitado", es preciso realizar un procedimiento de reforma. ¿Se puede sacar esa reforma? Pues no, no hay votos. Ah, pues lo cambiamos en el Reglamento para consumo interno. Ni cambiará en el frontal ni cambiará la denominación oficial ni hacemos otra cosa que un gesto de consumo interno que ni siquiera se consumirá mucho. Las grandes reformas del Gobierno de la mayoría progresista menguante o inexistente. El triunfo que llevarse a la boca antes de empezar las vacaciones porque a la vuelta pretenden que todo se haya olvidado. Realismo mágico. Dicho y hecho. Por si acaso, por si el triunfo no era suficiente y las derrotas eran tan tremendas, Sánchez se ha dado el piro en busca de halagos mejores.
El Congreso, de entrada no y todo pinta a que de salida, tampoco.