Cuando vi anunciada una conferencia de la delegada del Gobierno en Catalunya, la excelentísima Sra. M. Eugènia Gay Rosell, titulada "Medidas del Gobierno de España para la reactivación económica de Catalunya", me pareció extraño, porque la función de la delegación que dirige no es directamente económica, sino que se dedica a dirigir y supervisar todos los servicios de la Administración del Estado y sus organismos públicos situados en Catalunya. En todo caso, son estos servicios y organismos concretos los que se ocupan de temas económicos. Pero bien, con una conferencia de perfil político a la vista, incluso pensé que quizás la delegada traía buenas noticias para los catalanes.

En cualquier caso, la conferenciante, una jurista especialista en derecho procesal y exdecana del Colegio de Abogados de Barcelona y que ahora se dedica a la política militante, explicaría qué hace el gobierno del estado español para una economía como la catalana que viene de una crisis (en sentido amplio e inconcreto) y que necesita reanimación.

¿Llevaba en el saco algún apunte para corregir en el futuro el déficit fiscal? ¿Explicaría por qué en 2021 el Estado sólo había ejecutado en Catalunya el 35,7% de la inversión presupuestada? Cuidado, que por este concepto recordemos que hablamos de 1.330 millones evaporados, sólo en 2021, mientras en Madrid el Estado se pasaba de rosca invirtiendo no el 100% de lo que había presupuestado sino el 184%. Para situarnos mejor, en los 4 años que van de 2018 a 2021, el Estado viene de ejecutar el 54% de lo que ha presupuestado, incumpliendo inversiones por valor de 2.738 millones; e independientemente de lo que se presupuesta, en los últimos 8 años, el Estado invierte en Catalunya entre 630 y 950 millones anuales, que debe ser lo que los gobiernos de España creen que nos merecemos, nada más.

Con todos los respetos, la Sra. Gay hizo un acto de propaganda política en el que Catalunya y la economía catalana eran una anécdota

Lamentablemente, la conferencia de la Sra. Gay no iba de economía específicamente catalana. Lo más relevante que dijo sobre Catalunya fueron tres cosas:

  1. La frase tópica del "Catalunya sigue siendo el motor económico de España", lo cual, en la práctica, no sirve para nada, a no ser que seas de aquellos que se conforman con golpecitos en la espalda aunque te tengan pillada la mano en el bolsillo.
  2. A Catalunya le tocan 8 millones de euros de los 54 que el Gobierno del Estado dedicará a las familias para la adquisición de libros de texto y material didáctico.
  3. Sin dar ninguna concreción, dijo que el Gobierno había invertido 2.200 millones de euros en Catalunya para el despliegue de los fondos europeos y que 4.400 emprendidos ya han recibido fondos.

Más allá de estas guindas a la catalana, migajas económicas e inconcretas en la relación entre Catalunya y España, la delegada habló de medidas económicas del Gobierno para todo el Estado, no para Catalunya, que era el titular de su intervención: medidas anticovid (ayudas directas, rebajas fiscales, créditos ICO), reforma laboral (aquí precisó que 300.000 catalanes y catalanas se han beneficiado del contrato indefinido), el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que si España es el motor de Europa, que si se hace una política económica con responsabilidad fiscal, justicia social, que si salario mínimo, que si el ingreso mínimo vital (aquí precisó que 95.000 catalanes y catalanas se benefician). Todo, políticas generales para todo el Estado, no pensadas para reactivar específicamente la economía Catalunya, que era de lo que había anunciado que hablaría. La suya era una conferencia sobre la reactivación de la economía española, y eso no es ninguna crítica, es una constatación objetiva.

No estoy seguro de que ni por el cargo ni por su especialidad profesional fuera la persona más indicada para hablar de los temas que se esperaba que tratara (cuestiones nucleares del Estado con Catalunya, que hay unas cuantas). En cualquier caso, perdió una ocasión para hacerlo acompañada de los técnicos del Estado aquí y de técnicos de Madrid. En vez de eso, con todos los respetos, la Sra. Gay hizo un acto de propaganda política en el que Catalunya y la economía catalana eran una anécdota. La misma conferencia lo habría podido hacer en Melilla, retocando un par de flequillos. Le habría servido perfectamente.

Francamente, todo, poco serio por parte de una persona competente como la Sra. Gay. No choca que ahora ocupe un cargo político, claro, lo que choca es que siga la estela de los que desde Madrid menosprecian Catalunya y piensan que a los catalanes se les distrae con canciones y con cuentos.