Tal día como hoy del año 1640, hace 380 años, en el contexto de los días precedentes al estallido de la Guerra de los Segadores (1640-1652), la Generalitat de Catalunya recibía dos misivas oficiales del Consejo Municipal de Ceret informando que en Perpinyà, durante los últimos días, las tropas hispánicas habían practicado un número indeterminado de detenciones y maltratos que afectaban especialmente a personas relacionadas con los estamentos de poder de la ciudad. El Dietari de la Generalitat informa de que aquella oleada indiscriminada de detenciones y maltratos estaba dirigida por el capitán de los Tercios hispánicos Juan de Garay, que con anterioridad había sido acusado de apalear, amputar y asesinar civiles, quemar cosechas e incendiar pueblos del Principado.

Aquel operativo hispánico habría sido ordenado por el rey hispánico Felipe IV por su ministro plenipotenciario, el conde-duque de Olivares, y por el capitán general Fajardo de Zúñiga a partir de la sospecha de que las instituciones de gobierno catalanas y francesas estaban preparando una cumbre secreta en algún lugar de los condados catalanes del norte de los Pirineos. No obstante, las tropas hispánicas -que ocupaban Catalunya desde 1635- no podrían impedir la celebración de aquella cumbre, que se acabaría reuniendo en Ceret (Vallespir) tan sólo una semana después (07/09/1640). En aquella reunión se firmó el Tratado de Ceret, que consagraba Catalunya como una república independiente -posteriormente un principado independiente- bajo la protección militar de la monarquía francesa.

Mucho antes de que se produjera la reunión y la firma del Tratado de Ceret, el estado de tensión en la cancillería hispánica estaba tan descontrolado, que el día 1 de septiembre de 1640 Felipe IV declararía formalmente la guerra a Catalunya. Este detalle es muy importante para entender el papel que jugaba Catalunya dentro del edificio político hispánico: sólo era posible declarar formalmente la guerra a un estado extranjero o un estado que basaba su vinculación con el poder central únicamente a través de la figura del rey: esta declaración de guerra se formulaba seis días antes de la firma del Tratado de Ceret. Aquella guerra de ocupación se prolongó por espacio de doce años y se saldó con la destrucción del aparato económico catalán y la masacre de miles de civiles catalanes.