¿Ustedes lo saben? Por lo visto últimamente no da para mucho. No sirve para que los diputados elegidos por el pueblo puedan, por ejemplo, reprobar al rey ni pedir la abolición de la monarquía. Ya ha salido el presidente del Gobierno de España diciendo que no, que eso el Parlamento autonómico no puede hacerlo y que ya se verán en los tribunales, en esos tribunales tan imparciales. No recuerdo que hace pocos meses, cuando el ayuntamiento de Pontevedra declaró persona non grata al entonces presidente Rajoy, nadie hubiera proclamado que aquella corporación gallega no tenía derecho. Ni parece que se tenga en cuenta que un parlamento donde hay mayoría independentista y republicana, republicana de izquierdas y de centro-derecha, lo más normal es que se aprueben resoluciones de este tipo. Y con más motivo cuando de lo que se trata es de reprobar la defensa institucional de la violencia del Estado perpetrada durante el primero de octubre del año pasado. En una sociedad como la nuestra no se puede denunciar la violencia ni dar por roto el pacto con la corona. Felipe VI no sólo hace con Catalunya lo mismo que todos sus antepasados Borbones. También actúa como Felipe IV quien guerreó contra el presidente Pau Claris —y lo envenenó— por lo que siempre nos han hecho la guerra los españoles. Por la pasta. Para que pasemos por caja. ¿Una autonomía como la actual, que no sirve ni para aprobar documentos que no son más que proclamas políticas, que no son más que hablar por hablar, esto es la fabulosa propuesta que nos quieren obligar a tragar los españolistas y los independentistas que ahora se llaman a sí mismos como “realistas”? ¿Sirve para algo la autonomía —si exceptuamos los sueldos de los señores diputados y de las señoras diputadas— cuando no tiene ninguna trascendencia política que el independentismo haya ganado todas las últimas elecciones? Aunque hace años la cámara catalana prohibió las corridas de toros, ahora en Madrid vuelven a oirse que anulará la ley correspondiente ya que exigen una España que sea exactamente un territorio nacional uniformizado donde se puedan matar toros en todas partes. Y un territorio nacional donde sólo se hable la lengua española y se tenga una única cultura. La normalización lingüística tiene las horas contadas si nos mantenemos dentro de este Estado genocida que, tanto como pudo, uniformizó América desde la California hasta la Patagonia. Feliz día de la Raza.

Una autonomía que no sirve ni para defender los derechos políticos ni las opiniones de la mayoría de la Cámara de la Ciutadella es simplemente un engaño. El que se llama a sí mismo el Estado más descentralizado del mundo considera inadmisible censurar la figura divina del rey como si la revolución francesa nunca hubiese existido. Willy Toledo no puede blasfemar contra la iglesia católica ni Valtònyc echar por tierra la monarquía. Esta es la España seductora en la que nos tenemos que quedar según algunos. Según algunos que aseguran que una Catalunya independiente sería una experiencia muy negativa y que no nos conviene. Según algunos que sostienen que la independencia unilateral es imposible, que es una fantasía producto del pensamiento mágico. El pensamiento mágico auténtico es suponer que el pueblo catalán es una colección de cretinos, que está dispuesto a implicarse en una autonomía en la que nadie podría creer.