Hoy estaba convocado en el Ateneu Barcelonès, de BCN, como su propio nombre indica, el acto fundacional de la Crida Nacional que impulsa el president Carles Puigdemont. Y la cosa se ha desbordado un poquito. Básicamente porque había más gente que espacio.

Veinticinco minutos antes de empezar el acto, la cola para entrar a las dos salas habilitadas llegaba prácticamente a las Ramblas. Para hacerse una idea, la cola sería las líneas roja y negra que le he marcado en este plano:

Pero es que la cola empezaba en la puerta de acceso al Ateneo, justo donde había la mesa habilitada para que los periodistas nos acreditáramos y la gente recogiera los tickets para entrar. Y esta era la imagen desde allí:

El problema es que a las siete menos cuarto ya no quedaban acreditaciones de prensa, con lo cual unos cuantos hemos acabado entrando con el viejo sistema de los "va, pasáis todos que el portero os conoce". No me pregunte cómo, pero al final he conseguido una acreditación para mí solo. Esta:

Y ahora usted me preguntará: "Pero oiga, cuánta gente había?". Y yo le respondo: "Ni idea. Soy de letras". Pero, teniendo en cuenta que se han llenado dos veces la sala Oriol Bohigas que tiene 239 butacas, la sala Verdaguer que tiene 70 y que aun así se ha quedado gente a fuera, ¿qué le parece si lo dejamos entre 800 y 850 personas (105 según la Delegación del Gobierno)?

"¿Y de periodistas, cuántos había?", me pregunta ahora. Pues unos cuantos. Cuando hemos entrado al auditorio grande, después de subir a pie dos pisos, hemos ocupado exactamente tres filas, sin contar las cámaras de TV que se han instalado detrás de todo y los fotógrafos.

Por cierto, antes de que me pregunte quién estaba, ya se lo digo yo. Más o menos y por encima, eh. Pues estaba Susanna Barreda, mujer de Jordi Sánchez; Blanca Bragulat, mujer de Jordi Turull; Meritxell Lluís, mujer de Josep Rull; Betona Comín, hermana de Toni Comín; los consellers Calvet y Puigneró y la consellera Chacón; Marta Pascal, coordinadora general del PDeCAT; Maria Senserrich, portavoz del PDeCAT; la plana mayor de Junts Per Catalunya, varios diputados de la formación, la exconsellera Meritxell Borràs, concejales y exconcejales diversos, algún alcalde como el de Molins de Rei, cargos de varias conselleries y aquello que se diría "mucha gente anónima", también conocida como "el pueblo".

A las 19 horas y 10 minutos, y después de ser presentado por la conductora del acto, la periodista Pilar Calvo, nos ha aparecido Carles Puigdemont en una pantalla gigante. La gente se ha puesto de pie y ha empezado a gritar "president, president". Detrás del presidente había un jarrón con un ramo de flores amarillas hechas con tela o con papel. El fondo era una puerta de armario de color madera estilo hotel de montaña para dormir cuando vas a esquiar. Y al lado del ramo, una viga de madera rústica que entraba desde la parte inferior derecha y desaparecía detrás de sus hombros.

Pero antes de la intervención del President, el diputado Toni Morral ha leído una carta de Jordi Sánchez animando a la gente de izquierdas a añadirse al proyecto. Antes de hacerlo, ha caído al suelo el cartelito de color "amarillo El Nacional" que estaba en el frontal del atril. Este:

Seguidamente la diputada Gemma Geis y el delegado de la Generalitat en Madrid, Ferran Mascarell han leído el documento fundacional. Mientras lo hacían, Carles Puigdemont estaba en pantalla y en algún momento hablaba con alguien que estaba en Alemania con él. Geis y Mascarell han animando a los presentes a adherirse al proyecto a través de las redes, pero allí dentro había más gente que cobertura 4G.

A las 19.23 nos han anunciado que al presidente Torra le habían anulado el vuelo (hoy estaba en Alemania) y que, por lo tanto, nos pasarían un mensaje de audio suyo. Allí ha explicado que la Crida Nacional es el paso adelante para poder hacer posible el proyecto republicano y que habrá que hacer sacrificios "pero los haremos".

A las 19.26 ha empezado la intervención de Carles Puigdemont. Ha explicado de qué irá el proyecto y así como para resumir, ha dicho que "no tenemos que hacer la cosas contra nadie sino que estamos abiertos a todo el mundo porque la república tiene muchos acentos", que este es un "movimiento diverso y poliédrico" que "será como la gente quiera que sea".

Las notas las llevaba en una libreta grande de aquellas verticales y donde los folios están enganchadas por la parte superior, de manera tal que vas pasándolos por arriba.

La intervención ha durado 12 minutos y, cuando la ha finalizado, ha sido recibida por los asistentes con un minuto y treinta y un segundos de aplausos (de reloj). Una vez han acabado, Pilar Calvo ha dicho "ruego que desalojen la sala". Y con más o menos prisa, la gente ha ido abandonándola para que entrara el segundo turno.

A los periodistas que tenían que escribir y enviar rápido se los han llevado "a la Pompeu" (o sea, a la universidad vecina), donde les han habilitado un espacio para escribir con calma y con wifi.

A las 19.52 ha empezado a entrar el segundo turno y ha sido posible ver cómo el diputado Eduard Pujol hacía de portero y de acomodador, con la ayuda del equipo de organización de Junts per Catalunya. Y era aquello de "¿Alguien que vaya solo? Es que en la tercera fila queda un sitio. ¿Alguien más va solo"?. En este turno han entrado Xavier Trias y Neus Munté, que ha tenido silla porque iban solos. Y cuando todo estaba lleno, han cerrado puertas y ha empezado el segundo pase. Mientras, fuera, una persona del PDeCAT me explicaba qué puede pasar el congreso que el partido celebra este fin de semana a BCN. Y pueden pasar cosas interesantes.

Pero eso ya será para mañana, si la actualidad lo permite. Hoy tocaba la Crida Nacional per la República... desbordada. De público.