Ay, qué nervios. Y qué cansancio. Y qué estrés. Estoy siguiendo el minuto a minuto de dos temas de rabiosa actualidad total y no atrapo nada (por cierto, como me ha gustado haber podido colocar la frase "rabiosa actualidad").

Me levanto por la mañana y el padre de Messi está viniendo. De hecho hace tres días que este hombre está viniendo. Mientras, otros padres (y madres), en este caso los que tengan que quedarse en casa cuidando a un hipotético hijo en cuarentena por Covid, podrán coger una baja médica. Lo ha dicho Pedro Sánchez. Lo que no se sabe es dónde tendrán que ir para que se la firmen ni quién tendrá que firmarla.

Salgo de la ducha, me preparo un café con leche a ver si me acabo de despertar y resulta que el padre de Messi no está viniendo todavía o podría estar viniendo pero no mucho. Y los padres y madres que tengan que quedarse en casa cuidando a un hijo que está en cuarentena por Covid ya no podrán coger ninguna baja médica porque alguien ha descubierto que si no están enfermos no es muy lógico tener una baja médica. Ah, y se ve que ha salido una ministra que dicen que ha dicho lo mismo que Sánchez pero que realmente le ha desmentido, pero tampoco está nada claro.

Enciendo el ordenador, la radio y la TV para repasar la actualidad (que continúa muy rabiosa). En aquel momento el padre de Messi ha pasado a ser el señor Schrödinger porque ha conseguido, a la vez, estar viniendo, no estar viniendo, no haber salido del lugar de donde venía y haber llegado ya. Y en relación a los padres y madres que tengan que quedarse en casa cuidando a un hijo que está en cuarentena por Covid la última novedad es que lo único que tendrán derecho a coger es el transporte público o su vehículo particular (pagándoselos ellos, naturalmente) para ir a trabajar. Pero de lo que vendría a ser una baja, ni hablar.

¡ATENCIÓN! El padre de Messi ya ha llegado. Eso confirmaría que en algún momento se habría marchado de algún lugar. Las radios, las TV, los periódicos digitales y Twitter transmiten en directo la segunda noticia más importante de la historia dentro del apartado de transporte de personas humanas, situada justo detrás de la llegada del hombre a la Luna (y de la llegada de la mujer, por delegación de especie). Las declaraciones del padre de Messi en el momento de la llegada no dejan indiferente a nadie: "no sé nada". Eso lo convierte en el primer padre de Messi alineado con la corriente socrática.

A la misma hora, los miembros de las unidades familiares con hijos a su cargo reciben con gran alegría el anuncio de Pablo Iglesias. El vicepresidente del Gobierno afirma, y no en una rueda de prensa, y no en una comparecencia en su ministerio, ni tampoco en el Congreso de los Diputados, sino en un programa de TV donde instantes antes han retransmitido las declaraciones de Sócrates Messi, que están trabajando para que los padres (y las madres) tengan derecho a una baja si sus hijos están en cuarentena aunque no sean positivos en Covido (que no sean positivos los hijos, se entiende. Ni las hijas). El nombre con el cual ha sido bautizada la cosa es ciertamente bonito: "subsidio de conciliación". Al presupuesto asignado, de dónde saldrá el dinero, qué papeleo será necesario para recibirlo y otros detalles no menores le aplican la doctrina socrática del padre de Messi y no se sabe nada.

Salgo a la calle. Está a punto de atropellarme un autobús. Articulado (el bus). Lógico, estoy siguiendo con el móvil, la tableta, la radio con auriculares y una pequeña pantalla de 78 pulgadas la última hora del segundo a segundo de los movimientos del padre de Messi y de los del subsidio de conciliación y no lo he visto. Al bus. Al padre de Messi tampoco no mucho. Y lo he oído más bien flojito. Y al subsidio ya veremos si lo acabo viendo. Eso sí, lo sé todo sobre nada. Tengo toda la información más rabiosa y más actual sobre cosas que realmente no están sucediendo, porque es que no está sucediendo nada y, por lo tanto, la noticia es que no sucede nada y que nadie dice nada que realmente sea noticia. Apasionante.