Ayer por la mañana, cuando el Rey de España entró a la zona central de la Plaza de Catalunya de BCN, lugar donde se celebraba el acto de homenaje a las víctimas de los atentados de ahora hace un año, un grupo minoritario empezó a gritarle "no estás solo".

En aquel momento abrí el google maps y me geolocalicé a ver si realmente estaba dónde yo creía estar o había sufrido una repentina teletransportación y estaba en otro acto de otro planeta, de otro sistema solar, de otra galaxia, de otro universo y de otra realidad paralela. Y no.

Decirle "no estás solo" al Rey de España en un acto de recuerdo a las víctimas de un atentado y teniendo a pocos metros los familiares de los asesinatos, sólo tiene dos explicaciones posibles: o bien el Rey es una de las víctimas o bien los que gritan se han confundido de acto. Y de planeta, de sistema solar, de galaxia, de universo y de realidad.

Yo me inclinaria más por la segunda opción. Básicamente porque si la primera hubiera sucedido, nos habríamos enterado. Y no. Por lo tanto los señores (y señoras) del "no estás solo", aparte de tutear al Rey, cosa que es de muy mala educación, demostraron no saber donde estaban. ¿Qué hacían, pues, allí?

Ayer, por respecto a las víctimas, no era el día de hablar de ello. Hoy sí. Y hay que hablar de los gritos y de los silbidos totalmente fuera de lugar que se oyeron y toca hablar de quién los profirió. ¿Quién era aquella gente?

Por los alrededores de la zona central de Plaça Catalunya, y antes de empezar el acto, apareció un chiringuito donde repartían unos sombreros como de despedida de soltero en un wok-bufet libre de un polígono industrial abandonado y con menú cerrado de a 10€ por cabeza. La particularidad es que los sombreros incluían una cinta con una bandera española. Apolítico total.

La gente que rodeaba el chiringuito son los qué después estuvieron dentro de la plaza gritando el "no estás solo", otros lemas desconcertantes teniendo en cuenta el acto que era y silbando, regañando y faltando el respeto a la presentadora, Gemma Nierga. Algunos de ellos llevaban colgada del cuello una especie de identificación donde había escrito "servicio de orden". Y aquí viene la segunda pregunta: ¿servicio de orden de qué? ¿No hemos quedado en que aquello era un acto institucional de recuerdo a unas víctimas, donde el control de seguridad lo hacían miembros de Casa Real y de Mossos? ¿Qué orden servían estos individuos que entraban y salían de la plaza como y cuando querían y que cuando volvían a entrar dentro del perímetro de acceso restringido no eran registrados nuevamente?

Tercera pregunta: ¿quién los permitió adjudicarse la potestad de autollamarse "servicio de orden" y de qué caray eran el "servicio de orden"? ¿Quizás es que había convocado un acto dentro del acto de recuerdo y homenaje a las víctimas y este acto requería de un servicio de orden? Ah, por cierto, cuarta pregunta: ¿por qué el control de seguridad de entrada a la zona central de la plaza no permitía a los periodistas el acceso a la zona del público?

Y ahora viene la quinta pregunta: ¿cómo es que uno de los miembros del autonombrado "servicio de orden", que entraba y salía de la plaza como y cuando quería, una vez acabado el acto y en la zona de Rambles-Pelai, arrancó de las manos y empujó violentamente una persona que llevaba una pequeña pancarta de signo contrario? ¿Es que realmente la función del servicio de orden era provocar incidentes? Entonces lo que llevaban colgado del cuello estaba mal escrito y tendría que haber dicho "servicio de desorden".

Cuando la actitud del "servicio de orden" y de sus acompañantes estuvo a punto de ir a más y aparecieron los Mossos para establecer un cordón de seguridad entre los dos grupos discrepantes, ¿por qué ningún miembro del "servicio de orden" hizo su función? ¿Quizás porque no eran ningún servicio de orden? Y entonces volvemos a la segunda y tercera pregunta. Y esperemos que alguien la conteste.

Eran un grupo muy reducido, quizás 30 personas, pero consiguieron un protagonismo que no ayuda nada a la imagen de lo que ellos (y ellas) decían defender. Cuando gente como aquella de ayer se otorga la representación de unas ideas y la defensa de unas personas, ofrece la imagen que ofrecieron y nadie sale a desautorizarlos, estas ideas y estas personas tienen un problema. Y grave.

Pero claro, como de aquella gente de ayer en los medios de Madrit (concepto) no se habla, no existen. Y si tú cierras los ojos a los problemas, dejas de creer que tienes problemas. A no ser que realmente te interese en que existan estos problemas y que cerrar los ojos sea la mejor manera de que sigan existiendo.