Dentro de cuatro días Navidad, sí, pero en unas horas se producirá el retorno global a eso que, a falta que los chiquillos vuelvan a la escuela, le llamamos "la normalidad". Pero en relación a esta realidad irreversible tengo una buena noticia: ¡¡¡SE HA ACABADO EL TEMA NEYMAR!!!

A ver, todavía faltan unas pocas horitas y todavía tendremos que soportar un poquito el que si pim, que si pam, que si chitangtang que tititangtang que tumbambam. Pero por fin habremos expulsado de nuestras vidas esta infinita pérdida de tiempo. Y eso es positivo, como lo es que entretenernos con Neymar y con otras banalidades infladas como esta ha hecho que nos dejaran de entretener con otros temas sobre los cuales también estábamos saturados como el titulado "BCN ciudad sin ley".

Sí, a partir de un cierto momento que situaríamos a mediados-finales de la semana pasada, hemos pasado del "moriremos todos atracados" al sonido del silencio. Se ve que ahora ya no atracan a nadie, ahora ya no hay sensación de inseguridad y ahora ya se ha acabado con un problema que nunca supimos si era tal como nos lo explicaban algunos.

Es la teoría Iu Forn (servidor) sobre movimiento de los fluidos informativos y que dice (aproximadamente): mientras una noticia ocupa un espacio central, ninguna otra noticia puede ocuparlo porque no hay sitio para las dos. Prueba empírica: cuando un informativo habla de Neymar o de la inseguridad en BCN, no puede hablar de nada más porque todavía no se ha inventado poder dar varias noticias a la vez. Por lo tanto, hasta que la noticia central no desaparece, o bien porque ya ha estado exprimida hasta el límite, o bien porque ya ha realizado su función, su espacio no puede ser okupado por ninguna otra noticia. Y así sucesivamente. Le llaman "actualidad".

Pues bien, con el número 7 se marcha Neymar y en su lugar entra con el número 23... Pedro Sánchez. Ahora, hasta el 23 de septiembre comeremos elecciones o no elecciones sin descanso. Que si presento una propuesta, que si no me la aceptan. Que si pacto ideas y ellos quieren cargos. Que si tengo un proyecto de izquierdas, que si no lo es. Que si quiere elecciones para sacar más diputados. Que si las elecciones son un riesgo por el acuerdo de las derechas. Y sobre todo mucho de que si pim, que si pam, que si chitangtang que tititangtang que tumbambam.

Pero espere, porque con el número 11 también entran los indepes y como se ponen de acuerdo o no para afrontar la sentencia. El once la Diada y que si yo unidad y que si yo más. Que si gobierno de concentración, que si elecciones, que si investimos a Puigdemont. Que si vía unilateral, que si vía pactada. Que si desobediencia, que si diálogo. Y el pim y el pam y el tumbambam.

Y ahora llega la teoría Iu Forn (nuevamente un servidor) sobre "Ay, ¿y ahora qué sucederá?", que es aplicable al caso Neymar, al caso Sánchez y a la unidad indepe y que dice (aproximadamente): oigan, cuando estén de la cosa, avisen. Y mientras, no hagan mucho ruido que nos estamos recuperando de las vacaciones y queremos hablar del estrés posvacacional, este invento consistente en filosofar sobre el supuesto estrés que implica volver a la "normalidad". Pero, a ver, una cosa, pero si no hay nada peor que las vacaciones. Un par o tres de semanas compartiendo cada segundo con tu pareja, a quien ya no tienes nada que decirle hace años (y viceversa); con tus hijos, que son insoportables porque han salido a ti; con tu cuñado, un cretino de tamaño universal que además dice que hace unas grandes paellas y no tiene ni idea; y todo esto en aquel apartamento de 50 metros cuadrados donde hace un calor insoportable y donde cuando alguien se levanta por la noche para ir la WC a tirarse pedos, despierta a todo el vecindario; un apartamento que compraste cuando la burbuja inmobiliaria y resulta que ahora vale la mitad; y levantandote a las 7 para pillar sitio en la piscina porque el del 8C, aquel que va con gorra incluso dentro del agua, empieza a poner toallas sin descanso; y no pudiendo echarte la siesta porque en la piscina cada tarde a las cuatro y media hay actividades... y, encima, ¡¡¡todo el día oyendo hablar de Neymar y de los atracos!!!

¡Por favor, que vivan los atascos de tráfico, los transportes públicos a reventar, viva la prisa para no llegar tarde, viva la triste rutina, viva la monotonía, viva mirarse en el espejo diciendo que tienes que adelgazar cinco kilos (sabiendo que no lo conseguirás) y viva poder aburrirnos con las noticias de siempre!