Miquel Montoro es un chico mallorquín que se ha hecho famoso en las redes por su naturalidad y empatía. Hace unos días fue al programa La Resistencia de Movistar+, que tiene mucho seguimiento entre aquello que se llama "el público joven". Y sucedió esto (si se lo mira aunque sea unos instantes entenderá la polémica que ha habido):

Efectivamente, Miquel habla un español con mucho acento mallorquín, una de las variantes del idioma catalán. Y eso no gustó a los que no les gusta que se hable ni mallorquín, ni catalán, ni nada que no sea el español. Y atacaron por el lado que los más viejos de la localidad conocen muy bien consistente en el supremacismo lingüístico-cultural.

El argumento usado contra Miquel es que parece mentira que un niño de 13 años no hable español "con naturalidad", que es la manera eufemística de decir que lo que los molesta es el acento. Pero, claro, como quiere que no sea así si es un niño de pueblo y en los pueblos, los campesinos hablan idiomas vulgares. Es la adaptación que los supremacistas catalanes unionistas cosmopolitas no nacionalistas usan cuando hablan de Tractoria, la Catalunya cateta, profunda, pueblerina y rústica. Gente inferior.

Curiosamente a estos mismos personajes no les chirría y nunca se quejan del acento andaluz. Si en La Resistencia hubieran entrevistado Los Morancos, Paz Padilla o Bertín Osborne, por poner tres ejemplos de personas conocidas por usar un marcado acento andaluz, a nadie (pero es que nadie de nadie) habría sacado a pasear ninguna "naturalidad" de ningún tipo. De hecho, NUNCA nadie considera que el acento andaluz sea un problema de hablar o no hablar el español "con naturalidad". Claro, la variante andaluza no los molesta porque es la suya. Las otras molestan porque son ajenas y son las que hay que eliminar.

Pero, si le parece bien, ¿nos miramos unas cifras? ¿Comprobamos cómo está este mallorquín que tanto molesta a los supremacistas lingüísticos? El último estudio sobre esta cuestión del Instituto de Evaluación y Calidad del Sistema Educativo de las Illes Balears dice que 1/ el 21,9% de los alumnos de 6.º de Primaria (11-12 años) tienen un nivel muy bajo de expresión oral en catalán y el 23,4% tienen un nivel bajo. Sumados los dos nos da que el 45,3% de los Miquels de las Balears no saben hablar catalán, 2/ la suma de los niveles "aceptable" y "satisfactorio" en catalán es del 54,7% y el del castellano es del 74,6% y 3/ en las Baleares, (cómo sucede en Catalunya), no hay ningún niño, ni adulto, que no hable español y si que hay miles que no hablan mallorquín-catalán.

Por lo tanto, queda claro cuál es el problema, ¿verdad? Y el problema no es Miquel sino los que no soportan el Idioma materno de Miquel.