Desproporcionalidad. Una vez más. Aquí está argumentado. Y todo el mundo sabía lo qué diría la sentencia. Desde el primer día. No había ninguna duda. Y todo el mundo sabía que estaba redactada hacía días. Y que saldría cuando más les conviniera a los que la han perpetrado. Un nuevo paso firme para que la ciudadanía confíe en la justicia. Todavía más. Y la guinda de la filtración. ¿La Ley incumpliendo la ley? Felicidades a la periodista que ha publicado la sentencia antes de que se hiciera pública y felicidades porque siempre consigue las sentencias antes de que se hagan públicas. Ahora bien, si ella las tiene siempre antes de saberse, sólo puede ser por dos motivos: 1/ Las roba de alguna fotocopiadora que tiene controlada dentro del edificio judicial o bien 2/ Alguien se las da. En el hipotético caso 1, quien comete un delito es ella y alguien debería tomar medidas. En el hipotético caso 2, quien comete un delito es alguien de dentro y alguien tendría que tomar medidas. Servidor de usted, que se inclina por esta segunda opción, se juega un guisante que si toman alguna cosa, como mucho será un café. Pagando nosotros. Como siempre.

"Desobedecer de manera contumaz" como excusa para apartar a un presidente de su cargo. Por una pancarta. Suena extraño hasta en España. Y esto lo dicen los que hace dos años tienen una cúpula jerárquica judicial ejerciendo unas funciones que no les corresponden. Porque el PP bloquea la renovación de los cargos caducados. O sea, ¿el gobierno de los jueces okupa la institución desde hace 750 días y ellos hablan de ley y de desobedecer? ¿Sí? ¿De verdad? ¿Lo dice quien aprovecha una "contumaz" alegalidad para nombrar fuera de carta jueces ideológicamente afines y, esta manera, condicionar las sentencias de los próximos 15 años? ¡Ha, ha, ha!

¿Qué es desobedecer? ¿Lo es negarte a cerrar Madrid para combatir las infecciones por coronavirus? Sí, sí, ya sé que no es comparable porque en España preocupan más las pancartas que la salud de los ciudadanos. Pero pregunto, ¿desobedecer no es que cuando la capital de España lidera el ranking mundial de contagios y la situación está llegando a límites intolerables para la salud del conjunto de los ciudadanos, le digan a la presidenta de la Comunidad que confine y que ella les responda aquello del "que cierren ellos"? ¿Díaz Ayuso afronta una crisis sanitaria gravísima, que puede tener consecuencias nefastas para los madrileños pero también para el conjunto de los españoles, y dice que no le da la real gana de cerrar Madrid, lo argumenta diciendo que lo hará cuando lo hagan otras zonas sanitarias con menos incidencia del virus y la justicia no hace nada? ¿Ni dice nada? ¿Ni actúa de oficio para obligar a que se tomen medidas en beneficio de la salud pública? .

Ah, no... Claro, hoy están muy ajetreados con el Caso Torra, juzgando a Tamara Carrasco, condenando a 14 meses de inhabilitación a Jordi Pesarrodona por haberse puesto el 1-O, sin ofrecer resistencia, delante de las porras de la Guardia Civil o estimando el recurso de la sentencia del Caso Martínez Sanz. Y si me permite me paro un momento en este último caso porque es otra vergüenza con balcones a la plaza del ayuntamiento.

El Supremo ha rebajado de once a dos años de prisión la pena impuesta por la Audiencia Provincial de Bizkaia a José María Martínez Sanz, profesor del colegio masculino del Opus Dei en Leioa Gaztelueta y miembro supernumerario de este grupo, por haber abusado sexualmente de un alumno menor de edad. El alto tribunal acepta el recurso de casación de la defensa y considera que las "prácticas sexuales explicitas" juzgadas y que el chico fue recordando de mayor, a medida que superaba el trauma, no están probadas ya que “para la fundamentación del juicio de autoría no basta con que la versión de la víctima inspire credibilidad. La realidad de los hechos imputados y su atribución al acusado tienen que ser el resultado de un proceso de valoración probatoria que no reserva espacio para intuiciones voluntaristas. Cuando el Tribunal reconoce que falta el detalle de la vivencia traumática, cuando afirma que ello es así porque el impacto emocional hace explicable hasta que se carezca del recuerdo de esa vivencia y cuando, en fin, los hechos de especial gravedad son narrados muchos años después de la fecha en la que se sitúa su acaecimiento, proclamar sin fisuras que existe persistencia en la incriminación y aceptar la íntegra verosimilitud del relato, es un ejercicio de voluntarismo incompatible con el canon constitucional de valoración probatoria”. Eso sí, la sentencia, de la cual es ponente Manuel Marchena observa que los abusos fueron continuados y ordena una orden de alejamiento de cuatro años. Una vez más la proporción. Y la sospecha de que la justicia no es igual para todo el mundo, sobre todo para algunos que siempre son los mismos.

Total, que la desobediencia siempre es la tuya, desgraciado, que no eres quien aplica la justicia. Haber estudiao. O haber ganado la guerra...