Subo la persiana. No sé si son nubes o niebla baja, el caso es que hoy tampoco hace sol. Empiezo a tener el síndrome del "¿qué día de la semana es hoy?" y tengo que mirar el móvil para confirmar que es jueves.

Me llama un amigo médico. Su madre estaba ingresada por un tema que no tiene que ver con "la cosa", pero por fin ya está en casa. Cerrada a cal y canto, naturalmente. Joan me explica su visión: "La vida se ha enfadado con el ser humano, el elemento más nocivo de la naturaleza. Un virus que se transmitió de hombre a hombre sólo hace tres meses y medio en la otra punta del mundo, ya ha infectado a todo el planeta. Y ahora hemos visto que no somos invulnerables. Nos hemos vuelto a creer que éramos el Titanic indestructible que zarpó de Southampton y aquí volvemos a tener el iceberg. Pero este sólo es el primero de los que vendrán. A ver si aprendemos". Y añade: "Cuando esto acabe, que no sabemos cuándo será, muchas cosas tendrán que cambiar. Y, de hecho, cambiarán. Las revoluciones no las hace la gente que come tres veces al día y ahora empezará a haber gente que quizás lo pasará muy mal. Y el Estado lo sabe. Por eso nos avisa diciéndonos que despliega al ejército. ¿Para hacer qué? ¿Para desinfectar el puerto? No tiene ningún sentido. Es un aviso".

Ronda de mensajes del día. Destaco el de la funcionaria que ve en el futuro un posible gran cambio social: "A ver si la gente coge miedo de compartir cosas para no infectarse de microbios y dejan de comérseme mis postres. Cuando como o ceno fuera de casa con más gente, antes de los cafés siempre pregunto si alguien quiere postres. Todo el mundo dice que no. Lo vuelvo a repetir. Y todo el mundo dice que ha quedado muy harto, que si la línea... Vaya, que no. Me traen MI postre y alguien SIEMPRE acaba diciéndole al camarero 'me puede traer una cucharilla que lo probaré, porque hace muy buena cara'. Y todo el mundo metiendo su puta cucharilla en MI postre. Que me lo he pedido YO para comérmelo YO, no para ir repartiéndolo y acabar comiéndome las babas de las cucharillas de todo el mundo". Yo no la he querido desmoralizar, pero creo que eso no sucederá. El mundo puede cambiar mucho, pero hay comportamientos humanos imposibles de modificar.

Media mañana. Salgo a comprar. La calle tiene otro olor. No sé a qué, pero es diferente. Supongo que la bajada de tráfico y de movimientos se tiene que notar por alguna parte. También noto diferencia con la vista. Tantas horas mirándotelo todo tan de cerca, sobre todo pantallas, hace que los ojos pierdan la costumbre de los espacios grandes. También hay otro gran cambio que notas enseguida, y es que todo el mundo va por la calle solo.

De todo lo que me explica la gente, desde la distancia, destaco: 1/ Quien me pregunta: "¿Este virus lo han creado, verdad", 2/ Quien me recomienda: "Coge el ticket de compra porque los piden como justificante para poder ir por la calle". Y cuando la persona en cuestión ve que voy con pescado, añade: "En este caso creo que no es necesario, porque no tendría sentido ir por la calle paseándolo", 3/ Quien se indigna: "Hacienda dice que no piensa modificar los plazos de pago del IRPF porque al 70% le sale a devolver. ¿Y el 30% que pagan, la mayoría autónomos? Tener que pagar no quiere decir ser rico, quiere decir que te han retenido menos de lo que te tocaba por tus ingresos. ¿Con qué dinero se piensan que la gente pagará la Renta si quizás se estará tres meses sin facturar y 4 o 5 sin cobrar?", y 4/ Quien comparte una duda: "¿Puede ser que no todo el mundo que dice que ha dado positivo haya dado positivo realmente y lo haga para no ser menos que otros?".

La colega investigadora social me envía un mensaje preguntándome si he ido a comprar. La respuesta positiva le hace compartir una reflexión: "¿Has andado para ir a comprar? ¿Has notado que las palomas parece que se están acostumbrando a vivir más anchas? Mi observación anecdótica me hace pensar que la ocupación del espacio público se redefine. Hay muchos seres vivos que ahora no tienen que compartir este espacio con los seres humanos y actúan de otra manera. No quiero transmitir ninguna evaluación, ni negativa ni positiva, sólo es una observación". Pues, pobres palomas, cuando volvamos todos y con las ganas que tendremos de calle y de compañía, quienes se tendrán que confinar serán ellos...

A las doce y cuarto comparecen los consellers habituales. La de Salut, Alba Vergés, solicita que médicos y enfermeros jubilados más o menos recientemente y estudiantes de últimos cursos, se presenten voluntarios. Eso me recuerda lo que me dijo ayer una amiga que tiene un hijo en 4.º de Medicina: "Se apuntó por si hacía falta gente y ya lo han llamado para hacer seguimiento de quien ha estado en contacto con positivos. Acabo de hablar con él. Está muy contento. Los miércoles por la mañana irá en grupos de 5 estudiantes a hacer el seguimiento de casos del Clínic. Hoy ha estado el doctor Trilla con ellos y les ha dicho que mañana empiezan formación en el 061".

Y hablando de ayer... Ayer descubrimos que el Rey tiene unos asesores republicanos que lo quieren hundir en la más absoluta de las miserias. En plena crisis mundial sabes que más temprano o más tarde Felipe VI tendrá que salir públicamente a decir alguna cosa. Y tú colocas un domingo por la noche una campaña de imagen anunciando que renuncia a una herencia a la cual no puede renunciar porque sólo puedes heredar de quien está muerto. Y el emérito tiene muerta la imagen, pero él como ser humano, continúa vivo. Y entonces haces salir al Rey "normal", el de ahora, el miércoles siguiente, pero sin que hable de la corrupción de su padre. Y, claro, las cazuelas revientan incluso en barrios de Madrit (concepto) donde son más monárquicos que el palacio de la Zarzuela. Un asesor "normal" habría dicho: "Salimos el miércoles y el jueves hacemos la maniobra del testamento que ahora ya no queremos". Pues no, todo al revés.

Pero es que hoy hemos descubierto que no sólo los asesores son republicanos. Los que le escriben los discursos también. Mire este tuit:

PALMERAS

Es de la autora de una novela donde aparece un discurso del Rey que... es clavado al que hizo ayer. Pero espere, que ahora viene lo mejor. Jimina Sabadú redactó este discurso basándose en un discurso que el Rey pronunció realmente en octubre del 2017 y sobre otro tema. Es decir, ante el problema de salud, social, de relaciones humanas y económico más importante de la historia de la humanidad, la Casa Real española recicló un discurso de hace 3 años. ¡¡¡No se molestaron ni en hacer uno nuevo!!!

Y hablando de novedades... Después de seis días en que el PSOE ha ocupado todo el espacio mediático, hoy han dejado que Pablo Iglesias comparezca públicamente, y sin militares a los lados, para comunicarnos unas cuantas medidas sociales, sí, pero básicamente para recordarnos que en el Gobierno hay otro partido, aparte del socialista, y que se llama Podemos.

Por la tarde envío un mensaje al alcalde de Igualada, Marc Castells, para pedirle cómo ve la situación. Es pesimista: "Hoy sumaremos más muertos en la ciudad". Le pregunto qué se debería hacer para intentar mejorar la situación: "Dotar de material y personal los hospitales y las residencias de gente mayor y prepararnos para lo que viene, que será muy duro. Insistir a la gente que la situación es MUY GRAVE y que sigan los canales oficiales". Pues ya lo sabe.

Y como que todo está muy complicado y todavía lo estará más, ¿qué tal acabar con un mensaje de los Mossos que he encontrado SEN-SA-CI-O-NAL?

Mossos

Mañana octavo día, de no sabemos cuántos...