Subo la persiana. Y antes de comprobar que hoy también hará mucho sol y mucho calor, miro el móvil. Deseando que no esté el mensaje que se me confirme lo que anoche, cuando me fui a dormir, ya era irreversible. Pero el mensaje estaba allí y decía: "Lluís ha muerto". Y este Lluís era Lluís Juste de Nin. Hay centenares de personas que pueden hablar con más conocimiento de Lluís que un servidor. Yo, simplemente, me quedaré con el "¡Juntos superaremos las dificultades!". Era la frase que siempre nos decíamos a manera de saludo cuándo nos veíamos. En castellano y con un intento de pronunciación china. Porque el origen de esta frase está en Pekín.

Ya hace unos cuantos años, durante una comida donde nos reímos mucho, me explicó que en los años 70 él y Neus, su inseparable Neus, la Neus con quien han compartido toda la vida, la Neus que siempre ha dicho que llevaban más de 50 años casados porque "éramos nuestros mejores amigos", fueron a la China. Cuando nadie iba a la China. Porque estaba muy lejos, era muy difícil llegar y no había mucha cosa por hacer. Pero ellos fueron. Los motivos me los explicó con aquella sonrisa socarrona que su inconfundible bigote acababa de personalizar: "Ya sabes, los progres de aquella época teníamos de referente el maoísmo. Cuando volvimos, la desilusión no nos cabía en el avión".

Y me explicó la estancia. "Llegamos al aeropuerto de Pekín y allí ya nos esperaba un guía-traductor chino que nos acompañaría por donde nos hiciera falta y que tenía la misión de hacernos la estancia más agradable posible. No paraba de sonreír y de hacernos reverencias, pero enseguida vimos que cada vez que queríamos ir a un lugar, siempre había algún impedimento que lo hacía imposible. Sólo visitábamos donde él nos llevaba. Queríamos hablar con la gente para saber que pensaban de la revolución, del comunismo, de la lucha de clases y de la Revolución Cultural y compartir con ellos nuestro entusiasmo por la causa, y él nos lo impedía. No nos los sacábamos de encima en todo el día. Desayunábamos, comíamos y cenábamos con él, que estaba allí para aislarnos de todo. Nos dimos cuenta de que se trataba de un comisario político del régimen dedicado a controlarnos y le dijimos que muchas gracias, pero que queríamos ir a nuestro aire. Imposible, él no se podía mover de nuestro lado. Y cuando nos quejábamos de la situación, su respuesta siempre era 'Juntos superaremos las dificultades'. Pero no las superamos nunca".

Con el tiempo, esta frase no sólo era nuestro saludo, sino que siempre me acompaña en momentos de desastre irreversible donde más vale tomárselo con filosofía. Y a partir de hoy, con más motivo. Y aplicado a la política del momento, el concepto que incluye se queda corto. Qué espectáculo, madrededioshermoso y todos los santos del martirologio. Los conocidos y los por conocer.

Parece que el virus lo tenemos más o menos a raya. Está, pero las cifras de muertos, al menos las oficiales, siguen bajando. Las reales ni idea, porque no las sabemos. Pero ahora vendrá la hostia económica. Y no será menor. El planeta se ha parado durante dos meses y ahora hay que volver a ponerlo en marcha. Y sin turismo. Oiga, es que esto ha sido tan gordo que hubo un día en que te pagaban 37 dólares si comprabas un barril de petróleo. ¡OJO! No los pagabas tú, no, te los pagaban a ti. Con este panorama, le doy cuatro cifras:

1/ En España hay un millón de afectados por algún ERTE que todavía no han cobrado las prestaciones convenidas, 80 mil de los cuales en Catalunya.

2/ Trescientos mil autónomos, el 10%, prevén cerrar su negocio este año. Un 40,5% dice que continuarán, pero temiendo que tendrán que bajar la persiana. Un tercio reducirá plantilla.

3/ El Banco de los Alimentos de Cáritas ha triplicado la cifra de usuarios. La mayoría son personas que nunca habían usado este servicio. Mientras, hasta el pasado 15 de mayo, Cruz Roja Barcelona había repartido 64 mil kilos de alimentos entre más de 20 mil personas.

4/ Durante el confinamiento, los bomberos de Madrid han encontrado a 62 personas mayores muertas en su domicilio. Hablando con personas que saben de qué va el tema, me han dicho que en Catalunya ha habido muchos casos, pero todavía no hay cifras.

Pues bien, mientras esto sucede en la vida de las personas, la política parlamentaria española se ha desconfinado hasta el nivel 704 de desvergüenza y ya está en la playa tomando el sol, después de comer un grupo de 50 personas en el Interior de un restaurante, sin mascarilla, eructándole a la cara a todos los grupos de riesgo posibles y fregándoles mascarillas contaminadas por la boca y la nariz a los parados y a los que no existen ni como parados porque vivían de la economía sumergida. Qué espectáculo más patético están dando con eso del pacto-no pacto de la derogación-no derogación de la reforma laboral. Qué insulto más intolerable para la gente que ahora mismo no tiene futuro. Qué alejamiento de la humanidad y qué acercamiento a la miseria moral más absoluta. Qué derrota de un mínimo de respeto hacia los ciudadanos.

¿Sabe usted la galaxia de Andrómeda, situada a 2,5 millones de años luz de nosotros? Pues la política española todavía está más lejos de la realidad que Andrómeda de usted y de mí. Y eso es muuuy lejos porque, como su propio nombre indica, un año luz es la distancia que la luz recorre en un año. Y eso son unos 9,46 billones de kilometros. Por lo tanto, para saber la distancia entre el Congreso de los Diputados y nuestra vida, multiplique 9,46 billones por 2,5 millones. Y cuando tenga el resultado, me envía un mensaje.

Pero es que aparte del mercado de Calaf de los que 24 horas después todavía no se han puesto de acuerdo ni en lo que han pactado, hemos tenido regalos como las declaraciones del ministro del interior, Fernando Grande-Marlaska. Respondiendo a una pregunta de la diputada Montse Bassa sobre las condecoraciones a los policías y a los guardias civiles que actuaron el 1-O, tuvo la ocurrencia de excretar que "son hechos que pasaron hace dos años, en otra legislatura y con otro gobierno" y que ahora "hay que mirar el presente de cara al futuro". O sea en la tómbola intelectual del "A por otro, a por otro, a por otro, a por otro perrito piloto", el señor ministro condecora ahora a unos policías por una cosa que dice que sucedió hace dos años y que tenemos que olvidar. Hoooombre, ya sabíamos que este individuo se piensa que somos idiotas, pero no hace falta que nos lo diga tan claramente. Pero Fernando, no sufras, que juntos superaremos las dificultades.