Subo la persiana. Si hoy fuera Sant Jordi, las crónicas del resumen de la jornada abrirían con la lista de los libros más vendidos, eso que no falte nunca, y seguidamente dirían: "Un día que se ha levantando nublado y que gracias a la magia de esta festividad ha acabado con un sol que ha llenado de primavera la... bla, bla, bla". Pues eso es lo que ha sucedido delante de mi ventana, meteorológicamente hablando. Pero quedémonos en la lista de los libros más vendidos.

Este es un fenómeno paranormal consistente en que una medidadestinada a contabilizar las ventas de un día entero, ya sale publicada al mediodía. La palabra "mediodía", como su propio nombre indica, quiere decir justamente eso, que es en medio del día. Por lo tanto, ofrecer una lista de los libros más vendidos de Sant Jordi al mediodía es como si el titular de un Madrid-Barça que en la primera parte finaliza 1-0 pero que acaba 1-14 fuera "Derrota del Barça en el Bernabéu".

Pero, no se vaya que ahora llegan las contorsionistas chinas haciendo su número de lamerse el codo. Hoy, que no es Sant Jordi, al mediodía también ha salido una lista... ¡¡¡de libros de Sant Jordi!!! ¡SEN-SA-CI-O-NAL! En este caso, sin embargo, con los "más solicitados" en la red. ¡Aaaaah! Por suerte al final ya hemos entendido que no se trata de una lista de más o menos vendidos sino la manera de hacer publicidad gratuita de los libros en cuestión. Como aquello de Los 40 Principales y las discográficas, ¿sabe?

Llegados aquí habrá comprobado que ya he escrito dos veces que hoy no es Sant Jordi. Y eso ha sucedido porque lo pienso. El Sant Jordi de este año es como cuando| muchos años después vuelves al lugar donde había aquel árbol al cual subías de pequeño y bajo el cual diste el primer beso, te fumaste el primer cigarro y pillaste la primera borrachera. Llegas a la zona donde estaba el árbol, y resulta que ahora hay una gran superficie de material para la construcción. Y cuando, siguiendo las referencias que recuerdas, sitúas el sitio exacto donde estaba el árbol, resulta que es la zona de venta de bidés. A ver, sí, aquel es el lugar donde estaba el árbol que te abrió los ojos a la vida, pero allí ahora mismo hay un montón de bidés. Por lo tanto, sí, allí sucedió todo, pero aquel ya no es el lugar. Está el cáscara de la nuez, pero dentro hay gel hidroalcohólico.

Por lo tanto, creo que no tiene ningún sentido celebrar una cosa que no es. Sant Jordi es pasear, distraerse, recibir empujones y pisotones, no poder ni andar|, gente que en medio de la masa camina en contra dirección, intentar comer en algún lugar y que esté todo llena, encontrar sitio para poder comer alguna cosa pero que haya sitio porque tardan 4 horas en servir y conseguir apartar decenas de cabezas para ver quién está firmando en una parada y exclamar: "mira, este es aquel que sale en aquel programa de TV... como se llama... Si hombre, que a la tía Rosita le gusta mucho. Ahora no me viene el nombre... Fíjate que me pensaba que estaba muerto, pero no, hace buena cara. No sea que esté vivo". Sant Jordi es eso y no es que te traigan una rosa a casa o que te compres un libro en una empresa de distribución. Eso es consumir libros y rosas porque toca. No tiene ningún sentido celebrar una fiesta que la realidad no te permite hacer.

No tener que celebrar Sant Jordi en este 23 de abril del 2020 festividad de san Adalberto, obispo; san Félix, presbítero; san Fortunato y san Aquiles, diáconos y mártires y san Gerardo, obispo; nos permite tener tiempo para dedicarnos a observar, a oir qué dicen y a reflexionar. Y observando-observando he visto una foto que sólo es posible porque los asesores de Casado sean agentes dobles que trabajan para el PSOE, además de malas personas a quienes les encanta hacerle putadas (a Casado, no al PSOE). Es que no puede haber ninguna otra explicación:

Casado WC

Y oyendo-oyendo he conocido las condiciones que tendrán que cumplir los menores de 14 años que quieran salir a la calle. Después de poder ir en metro pero no poder enterrar a nuestros muertos o poder ir a trabajar a un lugar cerrado pero no poder ir a nuestro huerto a recoger tres lechugas, llega a nuestras pantallas "ahora con cada adulto podrán salir un máximo de tres niños que tienen permitido correr y hacer ejercicio, pero el adulto no puede salir solo a hacer lo mismo". Seguro que detrás de la medida está la explicación razonada de un experto. Seguro. Eso sí, espero que no sea el mismo a quien se le ocurrió que los niños salieran a pasear a lugares llenos de personas mayores como los súpers y las farmacias. Pues, oiga, que el experto salga a explicar los motivos. O que salga el general. O el militar que hace bromitas. O quien sea. Pero que lo explique alguien. Yo no tengo ni idea si tenemos que poder salir con 3 niños o con 34, por qué ellos pueden ir de tres en tres y usted no puede salir con su pareja, la misma con la que duerme y con la que hace alguna cosa de más cerca. Y yo que sé. Ahora bien, si no me explican las razones de una decisión y de la otra, no le encuentro la lógica. Y yo que no se de nada, no entiendo nada.

Y reflexionando-reflexionando, he imaginado qué habría pasado si el alcalde de Badalona hubiera sido de un partido indepe y los Mossos agredidos hubieran sido guardias civiles. ¿Qué cree que habrían dicho los programas matinales de las televisiones privadas y qué portadas y qué artículos habríamos leído? Ojo, y no es ninguna crítica al exalcalde de mi pueblo sino a los de mi gremio.