Subo la persiana. Hoy, día 25 de marzo, nieva en cotas bajas, incluido el monasterio de Montserrat. Pero fuera, eh. Estamos tan concentrados en eso del puto virus que nos hemos olvidado del cambio climático. Y mientras miro por la ventana, como en casa no nieva porque soy cota demasiado baja, pienso: ¿cuando esto acabe, habrá manifestaciones contra los virus?
Por cierto, ¿y qué sabemos del virus los que no sabemos de virus, ni sabemos prácticamente de nada, pero tenemos ojos? Pues que viaja como la Tierra. De oriente a occidente. Empezó en China y después de pasar por Asia y Europa ya ha llegado a los EE.UU. Y también sabemos que avisa. Y, además, en cada lugar avisa igual. Y en cada lugar le hacen el mismo caso, que es tirando a escaso. Hasta que no les queda más remedio. La secuencia de la cadena sería: hoy el virus ataca fuerte la zona DO, donde finalmente han decidido tomar la medida 1, que hace una semana habían dicho que no tomarían porque no hacía falta pero que han tenido que acabar tomando. En cambio en la zona RE, como el virus todavía no ha causado muchas muertes, dicen que por ahora no hay que confinarse ni nada. Cuando la próxima semana el virus afecte a esta zona como hoy lo está haciendo en la zona DO, entonces sí, entonces ya tomarán la medida 1, en vez de tomarla hoy. Pero de aquí una semana, la zona DO ya no estará con la medida 1 sino con la 2, que es el nivel en que estaban una semana antes en la zona MI, que una semana después ya están en la medida 3, que es donde estaban la semana pasada en la zona FA, que esta semana ya están en la medida 4. Y así hasta el infinito. Creo que la táctica secreta es desconcertar al virus.
Pero centrémonos en España, donde "corona" ya ha pedido hora al psiquiatra. Yo, pobre, es que me lo imagino. Al virus. Él intentando hacer el máximo de daño posible y viendo que unos señores con bata blanca, que son una cosa que llaman científicos, tienen que discutir con unos señores con la bata color signo del dólar, que son una cosa que llaman tecnócratas o Calviños, y unos señores vestidos de militares y con muchas medallas. Si algún día hay una guerra, Tutatis no lo quiera, será bonito ver como en las comparecencias también saldrán científicos, ¿no?
La primera cifra de la mañana es como para largarse corriendo, cosa que no podemos hacer: España supera a China en muertes. Teniendo en cuenta que China son unos cuantos centenares de millones de habitantes más que España y que "con ellos empezó todo", la cosa es muy inquietante. Ahora bien, ¿las cifras de muertos habidos en China son ciertas? De hecho, de lo que nos llega de China, ¿alguna cosa es cierta? ¿Alguien puede distinguir información de propaganda? Sí, ya sé que aquí también hacen propaganda, y mucha, pero aquí todavía puedes publicar todo lo que creas conveniente. Prácticamente. Y de momento. Si usted quiere saber más, Reporteros sin Fronteras explica en este enlace como las autoridades chinas escondieron, mintieron y censuraron la información. Si lo hicieron entonces, ¿existe la posibilidad de que después también lo hayan hecho, no?
Pero el modelo chino a algunos los pone muy calientes. Y todavía los pone más perrakos superarlos. A los chinos. Ignacio Aguado, vicepresidente y portavoz del Gobierno de la Comunidad de Madrid: ¿ellos hacen hospitales en 10 días? Bah, nosotros en 18 horas:
Y de regalo, el vídeo que Aguado adjunta y que un servidor no puede parar de mirar:
Y es que el modelo China gusta. Porque la verdad molesta. Y tener que responder a preguntas puede destruir el venerable trabajo de crear una realidad paralela. Y, sí, hablo de las ya famosas "preguntas telemáticas" de las actuales ruedas de prensa. No comparo ni digo que sean lo mismo, pero son primas lejanas de la cosa. Son perfectas para comunicar lo que tú quieres y dirigir el debate hacia aquello que llamaríamos la propaganda. El problema es cuando haces eso y la gente se ríe de lo que comunicas. Y sí, hablo del espectáculo del "sin novedad en la frente". Un día, en ausencia de carisma, hicieron falta los asesores. Ellos tenían que rellenar un intestino vacío que debía permitir seguir vendiendo butifarras. Y el asesor querría que el mundo fuera como él lo ha diseñado. Y, claro, no acepta la disidencia que lo cuestiona. Por eso le molestan las preguntas en general y las preguntas críticas en particular. Y por eso la situación excepcional permite surfear.
Y hablando de propaganda... Trece horas, Òscar Fernández, editor del Catalunya Migdia de Catalunya Ràdio tuitea esto:
O será una cosa o será la otra, no hay vuelta de hoja. Pero no sufra, sea lo que sea, los asesores correspondientes conseguirán darse la razón a sí mismos. Con la inestimable ayuda de los que siempre están dispuestos a creerse aquello que les dé la razón. Y eso me permite volver a Colombia, donde ahora vive mi amigo Pep, del cual ya le he hablado. ¿Recuerda que ayer en su barrio el tema era la llegada de un español al que una niña había visto retornando después de mucho tiempo fuera y como eso había generado una fiebre antiespañola porque la gente tenía miedo de infectarse? Pues esta tarde he recibido mensaje con la solución al conflicto: "Últimas noticias sobre el español del barrio. A final es colombiano. Bueno, tampoco del todo. Hablé ayer con el vendedor venezolano que tiene una tienda en la entrada del barrio. Me dice que ha sido 'una falsa alarma' y que el tipo venía de Italia y no de España, pero que ya se instaló en el barrio hace mucho tiempo y no ahora. Total, que 'el español colombiano' al final era italiano. Hoy iré al súper que está en el barrio de al lado y que es un barrio de estrato 1. El mío es 2. Aquí en Colombia cada barrio está 'marcado' por un número que corresponde a su 'estrato' social y que va del 1 al 6. El 6 es el más rico. Depende del dinero que tengas, vives en un barrio o en otro y no puedes vivir en un barrio que no te toca". ¡O sea, superan el modelo chino de control total de la gente! ¡Ay, cuando lo sepan! (los chinos). ¡O Aguado! Qué vídeo más bonito nos puede llegar a hacer...
Bien, acaba un día más, que es un día menos que falta para el final de esta pesadilla. Y cuando eso pase, incluso podremos ir a hacer el vermú, aquello que algunos conocen como el aperitivo.
