Pues resulta que hoy tocaba celebrar en BCN la fiesta de los Ángeles Custodios, patrones del Cuerpo Nacional de Policía (CNP). Eso quiere decir acto oficial y, sobre todo, discursos. Ah los discursos, eso que tiene que ser como un árbitro de fútbol, que lo mejor es que hagan su trabajo y pasen totalmente desapercibidos. Los discursos, un invento que tiene como objetivo que a los 30 segundos de empezar todos los presentes se desconecten, que vuelvan a la vida cuando el orador dice "voy acabando" y que por allí en medio quedes bien con todos los que no te escuchan.

Pues bien, el señor Rafael Pérez Ruiz, secretario de Estado de Seguridad -el número dos del Ministerio del Interior-, hoy se ha presentado -tralará, tralará- en el "cap i casal" del botellón más nuestro con un discurso que ha sido de todo -sobre todo de todo- menos eso. Imagino que ayer a última hora miró la agenda y exclamó: "¡Rafa, no me jodas! Mañana tengo acto en BCN y no he preparado nada. ¿Y ahora qué hago?". Y pensó quién podría escribirle una cosita rápidita y efectiva. Cogió la agenda del móvil y tecleó el apellido Raticulerez. Porque Paquito Raticulerez es un compañero suyo de escuela, repetidor once veces de P4, pero muy buen chaval y siempre dispuesto a hacer cualquier favor. Y le envió el siguiente mensaje:

"Apreciado Paquito, para mañana por la mañana necesito un discursito para salir del paso sobre nuestro patrón que incluya la reivindicación de nuestro cuartel situado en la Via Laietana de BCN, aquel que las manis que no son de los nuestros siempre asedian porque recuerdan que allí durante la dictadura franquista y hasta el año 1982 torturaron a tanta gente, abusaron sexualmente de tantas mujeres y tantas otras personas sufrieron unos efectos psicológicos tan graves que acabaron suicidándose. Es aquella comisaría donde el ayuntamiento de la ciudad colocó una placa metálica para recordar los hechos sucedidos dentro de aquellas paredes y que un mes después de estar allí ya recibió dos ataques de grupos de extrema derecha. La que, gracias a una Proposición no de Ley presentada por Joan Tardà (Esquerra), el Congreso de los Diputados solicitó convertirla, con los votos de todos los partidos menos el PP, en un museo-memorial donde se documentara la represión franquista en Catalunya. ¿Sí, situado? Pues nada, que tienes que enviármelo antes de las ocho de la mañana. Gracias Paquito, te debo una".

Pero, por desgracia, resulta que el Secretario de Estado tiene los dedos como morcillas y en vez de enviar el mensaje a Paquito Raticulerez, se saltó una línea en la agenda y acabó enviándolo al planeta Raticulín. En general. ¿A quien no le ha ucedido, verdad, que escribes un mensaje que tiene que ser para A cagándote mucho en B y lo acabas enviando a B? Pues sería eso, pero con el torturismo policial de por medio. Y resulta que en Raticulín no dominan mucho el español, entendieron mal el sentido de la demanda y en medio del discurso le escribieron la siguiente frase (sic): "la sede central del CNP en la Via Laietana de Barcelona ha sido y es un símbolo de servicio público desde el cual varias generaciones de policías han contribuido y siguen contribuyendo a fortalecer la democracia".

O sea, que al final ha quedado dicho que la tortura es un servicio público que fortalece la democracia. Frase que sorprende incluso en la España actual, dond el ministro del Interior -y superior del señor Rafael Pérez Ruiz- ha recibido siete sentencias contrarias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos por no haber investigado denuncias de torturas de personas implicadas en casos que él instruía cuando era juez. Bien, o quizás precisamente por eso ha sido dicha la frase.

Niños, niñas y nenis que leéis eso, si alguna vez os hacen secretarios de Estado, no subcontratéis vuestros discursos al planeta Raticulín, aunque sea por error, que después pasa lo que pasa. Bien, o precisamente porque la realidad es la que es, contratadlos allí y fuera caretas.