¡No hay derecho, hombre! Y mujer. ¡El puente! ¡El puente, al carajo! Y no un puentecito cualquiera, no. Este era EL puente. Meses y meses esperándolo y cuando ha llegado, venga, adiós muy buenas.

Porque, ¿usted sabe lo qué es un puente, verdad? Ojo, pero no el de Besalú, ni el del Petróleo de Badalona, ni el del Diablo de Martorell, ni el de Camprodon. No, no, hablo del puente que es estructura de Estado, como lo es la siesta. Aquello sagrado que nos une a todos. Y a todas. El puente de verdad. El puente que se define como aquellos días laborables que, produciéndose entre dos días festivos, se toman también como festivos. ¡Vaya, el puente de verdad! El puente que realmente interesa a la gente.

¡Y qué puente! Era la versión denominada acueducto porque, apunte: fiesta miércoles, que era Primero de Mayo. Fiesta jueves que era el 2 de Mayo. Puente viernes. Y fiesta sábado y domingo. ¡¡¡CINCO DÍAS!!! Cuidado, y el martes por la tarde ya con el pasito corto del ir yendo. Con la calma.

Ah perdón, que usted dice que en su caso ni puente ni mandangas porque el jueves sólo era fiesta en Madrit (Concepto. En este caso total). Mire oiga, y a mí que me cuenta. ¿Qué es el Estado? ¿Qué es el poder? ¿Y dónde estan los dos? ¿En Madrit, verdad? Pues calle y no moleste, por favor. Si en Madrit era fiesta, en España es fiesta y se para todo. Sólo faltaría. Bien, a ver... todo, todo, no. Por culpa de los catalanes, adiós puente. Y esta es la cuestión. La gran cuestión.

Como esto de los catalanes consiste en dar golpes de estado, adoctrinar, molestar, ser muy pesados, ser muy supremacistas y muy nazis, ahora resulta que tenemos que estar todo el día pendientes de ellos. Por si acaso.

Que les metemos en la prisión aplicando la ley como nos apetece, pues venga, a quejarse con el raca-raca y el meñeñe-meñeñe del "oh, es que nos encarcelan por rebelión, sedición y malversación sin ninguna prueba".

Que les prohibimos que el huído-traidor-prófugo pueda presentarse como candidato a las elecciones europeas, pues venga, el meñeñe-meñeñe de presentar recursos... ¡EN PLENO PUENTE! Y España, que es un estado con una gran calidad democracia, va y en vez de hacer lo que haría la gente honrada, que es continuar haciendo el puente de cinco días y cuando volvamos ya lo encontraremos, va y suspende las vacaciones para estudiar los putos recursos.

Eran cinco días de fiesta muy merecidos y el sábado tuvieron que interrumpirlos los señores y señoras miembros del Juzgado Contencioso Administrativo de Madrid. Incluidos funcionarios, personal administrativo y personal del edificio, que tuvo que abrir puertas. Un desastre.

Pero como este tribunal tuvo que ir a la reunión a toda prisa, se dejaron en casa los guantes. ¿Y, qué pasó? Pues que no pudieron coger sin quemarse la patata caliente que les había caído encima  y la pasaron al Tribunal Supremo. Y venga, el Supremo volviendo a toda pastilla del lugar de merecido descanso para estar el domingo en Madrit y atender a los pesados de los catalanes.

No hay derecho. Hay que ser muy mala persona para molestar así a tanta gente. Total porque se interpreta un poquito la ley y se impide al gilipollas del Puigdemont ser candidato. A él y a los otros dos, al Comín y a la Ponsatí, otro par que también...

¡Eso con Franco no pasaba! Y con Abascal, tampoco pasaría...