Ha sido sin tener tiempo de recuperarnos. En una semana hemos pasado de la tormenta Filomena al temporal "Aplaza". Aquel era de nieve y frío y este es de recursos contra el decreto de aplazamiento de las elecciones. Hay zonas del país que en este momento ya tienen más de un metro y medio de recursos y han quedado parcialmente incomunicadas. El servicio meteorológico ha puesto en marcha el recursocat, por riesgo de alud de recursos. Por su parte, Protección Civil ha decretado el cascopalacabezacat, por persistente caída al cráneo de la gente, como el propio nombre del plan indica, y provenientes del cielo, de recursos como gambas de Palamós, de Arenys o de Vilanova. O como langostinos de la Ràpita. El Procicat está reunido desde hace 14 horas para decidir si pone en marcha el nonoslosacabaremoscat por riesgo de atragantarnos con tanto recurso. No se descarta que algunos de los recurrentes animen su campaña regalando a los ciudadanos pizzas con forma de recurso y tatuajes con el texto.

Y es que los catalanes, aparte de ser reconsagradamente cojonudos de nosotros mismos, somos los campeones del "esto nunca había pasado", pero con folre i manillas. O sea, el mundo ya está lo bastante girado como para que continuamente pasen cosas que no habían sucedido nunca para que entonces lleguemos nosotros y doblemos la apuesta. ¿En Galiza y en Euskadi se aplazaron las elecciones, verdad? ¿Usted vio que alguien ni siquiera comentara la remota posibilidad de estudiar recurrir nada? Respuesta: no. Sí, ya lo sé, ahora usted me dirá que entonces había confinamiento y ahora no. Pero cuando aquellas dos elecciones primero las aplazaron y después las reconvocaron, no se sabía cuál sería la situación a mediados de julio, que al final fue la fecha escogida "en segunda ronda". Y todo el mundo lo aceptó. Con el riesgo de tener que volver a aplazarlas. Pero es que, sobre todo, es la situación. En julio estábamos mucho mejor que ahora. Y no lo digo yo, lo dicen los datos. Los de aquí, los de allí y los de la China Popular.

El problema sigue siendo que venimos de donde venimos y sufrimos las consecuencias del famoso efecto "patada a la lata". Pero una vez estamos en las arenas movedizas, sin ley electoral y con un sistema de votación propio del siglo XIX, la pregunta es: ¿hay que hundirse todavía más con recursos y más recursos, con discusiones muy pesadas sobre decretos y redactados y con todavía más justicia decidiendo las cosas políticas? ¿Esto qué es, un concurso permanente para poner a prueba nuestra paciencia? ¿El partidismo es infinito? Porque, ¿es qué sabe que sucede? Sí, sucede que aquí ya nos conocemos todos (y todas) y sabemos de qué pie calza a todo el mundo. Porque resulta que unos y otros siempre acaban calzando de uno u otro pie.

Pero es que en toda esta historia todavía hay una cosa más fascinante. Es el electoralismo del ruido sordo, o los fuegos artificiales sin pólvora. Si tú decides presentar un recurso contra la decisión de aplazar las elecciones porque a tu burbuja le conviene hacerlas ahora, ¿vas a todas, no? Cuesta entender que algunos presenten un recurso y no pidan medidas cautelares. Porque si no lo hacen, el tribunal correspondiente lo puede acabar estudiando después del día previsto inicialmente para celebrar las elecciones, en este caso el 14 de febrero. Y si eso sucede, todo es todavía más absurdo y es hacer mucho de ruido, sí, pero con el silenciador incorporado. En cambio, si tú presentas el recurso con medidas cautelares, el tribunal inmediatamente tiene que congelar la decisión de retrasar las elecciones a mayo -o cuando sea- y mientras resuelve, la fecha de las elecciones es la decidida en un primer momento. Que es lo que tú quieres y por eso presentas recurso. O eso pareceria.

Pero no, en un mundo donde, definitivamente, se ha instalado el modelo del "y dos huevos duros", las cosas funcionan así.