Nos lo creemos. De verdad. Que sí, que las medidas anti-Covid buscan evitar los contagios y no están pensadas para tocarnos las narices. Lo tenemos claro. Ahora bien, eso no quiere decir que, algunas, no sean arbitrarias y/o incomprensibles. ¿Ah, me pregunta de qué hablo? Pues del caso de las cincuenta y nueve personas de todas las edades que iban en un autocar a Port del Comte para esquiar y que, después de ser interceptados por los Mossos, tuvieron que retroceder. Acusados de no cumplir con las restricciones sanitarias vigentes que sólo permiten saltarse el confinamiento comarcal con el grupo burbuja. Y los cincuenta y nueve no eran ningún grupo burbuja. Pero este caso, servidor de usted no lo entiende. Y creo que no estoy solo...

Imaginemos que a Port del Comte llegara un tren. Como llega a La Molina o como el tren cremallera llega a Núria. Y en este tren o en el cremallera vamos usted y yo y cincuenta y siete personas más. En total cincuenta y nueve. Como el caso de que nos ocupa. ¿También nos harían volver a casa? No. Y le diré más, servidor de usted ha ido en tren, y varias veces, con muchas más que 58 personas. Y con una hermandad digna de una melé de rugby hemos traspasado más de un límite comarcal. Y ya le puedo asegurar que no sólo no éramos grupo burbuja sino que no nos habíamos visto en la vida. Y después no nos hemos vuelto a ver nunca más. Y cada vez que cojo un tren, circulo por el mundo con más de 58 personas pegadas a mí (y yo a ellas) que no son las del viaje anterior. Ni las del posterior. Ni son las del viaje siguiente al posterior. Y con todas ellas tampoco somos, ni seremos nunca, grupo burbuja.

Pero supogamos que hasta Port del Comte llegara una línea de bus regular. De Alsina Graells, Monbus, Sagalés, Sarfa, Pous, Hispano Igualadina, Plana, Hife, Moventis o la empresa que usted quiera. ¿Podrían ir cincuenta y nueve personas? Naturalmente. Sin ser ningún grupo burbuja y cruzando las comarcas que sean. Y no una ni dos. En el viaje que hace la línea Sort-Barcelona, cruza seis. Y llega sin problemas y sin dar ninguna explicación de quiénes son sus compañeros de viaje. Básicamente porque no los conoce de nada.

Por lo tanto, ¿por qué puedo viajar con centenares de personas en un transporte público y no puedo alquilar un bus con 58 personas más e ir juntos hasta la pista de esquí? ¿Porque cuando lleguemos a destino seguiremos haciendo actividades juntos sin ser burbuja? Bueno, tan juntos o no como si vamos a esquiar 300 personas que hemos coincidido en un tren, 214 que lo hemos hecho en un cremallera o 63 que íbamos en un bus de línea. ¿Alguien me puede explicar la diferencia?

Hace más de un año que estamos con la broma esta de la Covid y ya hemos cumplido todas las variantes posibles con respecto a restricciones y recontrarestricciones. Nos hemos confinado y desconfinado localmente y de forma comarcal de todas las maneras. Hemos hecho todos los horarios, días, y porcentajes de aforo posibles. Y también los contrarios. Nos han obligado a llevar guantes y después ha resultado ser absurdo y una medida que todavía expandía más el virus. Nos han dicho que nada de mascarilla y ahora la tenemos que llevar puesta incluso paseando solos por la cima del Everest. Nos han hecho limpiar las mesas y los asientos de los bares y restaurantes con unos productos y después nos han dicho que no hacía falta. Ojo, y lo hemos acatado. Ningún problema. Somos obedientes y queremos lo mejor para todos. Pero todavía ahora hay normas que no las entendemos. Algunas porque a fecha de hoy no nos las han explicado y otras porque no son lógicas. Y la del bus con los esquiadores no lo es. Ah, y en Madrid todo el mundo de fiesta y con discotecas abiertas. ¿Me lo explican?