En España todos los partidos (TODOS) han usado una pandemia con 40 mil muertos (de momento) para hacer política. Y algunos han ido más allá y no le han hecho ascos a utilizar la justicia política, que según qué días actúa como tercera cámara y otros como experta epidemióloga, para parar al Gobierno.

Sí, sí, la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) cargándose el confinamiento de Madrid seguro que está totalmente fundamentada desde el punto de vista legal. La decisión de confinar la capital atenta contra derechos fundamentales, se ha aplicado una legalidad que tendría que ser otra y bla, bla, bla. Pero aquí hay un problema, y no precisamente menor: estamos viviendo una pandemia que afecta a toda la humanidad como no le había afectado nunca en toda su historia y están muriendo millones de personas. Y las que morirán. Y resulta que unos señores caídos del cielo político-legal aparecen con el código penal en la mano a decir que "meñeñe, meñeñe, Ustedes no pueden cerrar una ciudad porque meñeñe". Ah por cierto, una ley que cuando los humanos la hicieron, ninguno de ellos (ni de ellas) pudo prever que nos sucedería lo que nos está sucediendo.

Estamos hablando de salud pública y de derechos públicos, perfecto. Pero no olvidemos que si no tienes salud y acabas en el tanatorio, a partir de aquel momento has dejado de tener derechos. Es lo que denominaremos paradoja del amianto. ¿Estamos de acuerdo en que todo el mundo tiene derecho a un techo, verdad? Pero imagine que todos nuestros techos están fabricados con uralita, fabricada con amianto, un elemento muy perjudicial a la salud. ¿Qué tenemos que hacer? Quitar las uralitas lo más ràpido posible y salvar el máximo de vidas, ¿no? Pero mientras lo estamos haciendo, un día se pone llover y aparece alguien (digale un tribunal) que dice que hay que aplicar la ley. Y como la ley garantiza que todo el mundo tiene que tener un techo, decide que las uralitas se quedan. ¿Verdad que la solución más sensata sería poner unos plásticos y trampear una situación inesperada hasta que pare de llover, pero sin dejar de quitar lo que perjudica la salud? Porque, en todo caso, ¿qué es mejor, mojarse o morirse? Pues eso.

El PP usa la pandemia para hacer oposición al Gobierno "socialcomunista" (ojo, como el PSOE y Podemos lo han usado para hacer electoralismo). Y han conseguido el gran triunfo de acabar con un confinamiento que, además, va en contra de sus actuales ideas de lo que es la libertad, que cada vez son más Trumpistas. Pero cinco minutos después de conseguirlo, salen la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde, José Luís Martínez-Almeida, y les dicen a los madrileños que, si puede ser, este fin de semana largo (el lunes es 12 de octubre) no salgan de la capital.

A ver una cosa, ¿en qué quedamos? ¿Han estado dandonos la brasa contra el confinamiento (que era una medida de salud y no política y que se ha decidido en otras zonas con efectos positivos) y ahora que la justicia se la peta, dicen que la gente se quede en casa? ¿A qué estamos jugando? ¿Qué es esta puta broma? ¿Cuál es el criterio? ¿O es que reconocen que el confinamiento hace falta, pero están en contra para hacer una guerra política de vuelo gallináceo a ver si pueden pillar tres votos?

Virgensanta, cuánta miseria moral...