Os tengo que confesar que me moría de ganas de hacer un artículo sobre la mili. Pero, con la noticia de que Alemania recuperaba el servicio militar, se me han pasado de golpe. Tendréis que perdonarme si en algún momento cuando hablo de la “mili” lo hago sin rencor. Es obvio que guardo un excelente recuerdo de las aventurillas y de los compañeros de ese año, para algunos, perdido, y para mí, de extraordinario aprendizaje. Pero el momento obliga a posicionarse sobre la necesidad del servicio militar con una perspectiva completamente distinta a la que tenía mi generación a mediados de los años noventa, cuando la mili se discontinuó por cara e ineficiente.
Alemania, ochenta años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, se atreve a proponer el regreso del servicio militar para sus juventudes
La noticia ha sido poco comentada por el impacto que generará: Alemania, ochenta años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, se atreve a proponer el regreso del servicio militar para sus juventudes, temerosa del conflicto armado que la vieja Rusia ha traído de nuevo a sus puertas. Recordemos que Alemania era la aliada hasta hace poco de Moscú. Fue la propia Merkel quien fomentó el cierre de las centrales nucleares para sustituirlas por el gas ruso. La pregunta de verdad sobre qué hacer con el conflicto armado en Ucrania la ha respondido el gobierno alemán con contundencia: hay que enviar a hombres a defender las fronteras con Rusia. ¿Lo habéis entendido bien? No solo dinero y que vayan los americanos: sino hombres y mujeres alemanes. En su caso, los bisnietos y bisnietas de quienes provocaron decenas de millones de muertos hace casi un siglo. Los soldados mueren en guerras de las que no son responsables. ¿Qué culpa tenían la mayoría de los soldados alemanes de Hitler y de las locuras de sus políticos y generales? La cuestión es que los europeos de la posguerra decidieron que no se podía dejar rearmar al ejército alemán. Y de repente, nuestra brillante inteligencia política colectiva organizada afortunadamente en forma de Comunidad Europea, parece que no tiene nada que decir al respecto. En cualquier caso, nadie ha planteado seriamente una defensa unificada de las fronteras bajo un ejército europeo. Obvio, porque, no olvidemos que, hasta ahora, teníamos al hermano mayor, el potentísimo aliado americano disfrazado de OTAN, para sacarnos las castañas del fuego. No hay defensa posible de las fronteras con Rusia sin la OTAN. Se entiende, pues, que lo que hacen los alemanes es dar un paso adelante y anunciar que ellos están dispuestos a poner a muchos soldados. Por aquí podemos estar tranquilos porque será un ejército de alemanes controlado económicamente, tecnológicamente y tácticamente por el ejército americano.
Esto, me diréis, a los ciudadanos del Estado español, ni nos va ni nos viene. La frontera con Rusia siempre ha quedado muy lejos. Si lo del gasto del 5% en armamento nos parece una locura, organizar tropas locales con una especie de servicio militar es ciencia ficción. Aluciné estos últimos días mirando la BBC. Hacían regularmente programas a prime time sobre la vida de sus jóvenes militares. Vi reflejada mi propia mili: marchas, ejercicios de combate, horas de ocio, maniobras, uniformes de camuflaje, prácticas de tiro, desfiles. Todo esto también lo hacíamos. La única diferencia es que, cuando hablaban los oficiales, suboficiales y soldados ingleses, lo hacían con experiencia de combate real. No engañaban. Y para nosotros la mili era una especie de gincana, de foc de camp exigente pero sin ninguna finalidad bélica imaginable. En la BBC explicaban una forma de vivir para servir al país poniendo la vida en peligro. Se están preparando para realizar el reclutamiento, por ahora voluntario, lo más atractivo posible, sin engañar más de lo necesario. En el Estado español ya existen tropas y mandos que han servido en misiones de combate. Pocas, pero las hay. Y no descartéis que en breve empecemos a ver programas como los de la BBC.
La actitud americana del gobierno de Trump, aunque ridiculizada por la estulticia del individuo, quiero decir por la poca vergüenza que tiene Trump jugando con fuego, cambia el escenario de defensa europeo, y vuelve a la política de dejar que los propios europeos sean quienes provean de tropas para defender sus fronteras.
Y aquí es donde echo de menos las entrañables “Historias de la puta mili” publicadas en la revista el jueves, creadas por el genial Ivà. Ahora seguramente no harían gracia. Pero para quienes dedicamos un año a simular que nos preparábamos para defender una patria con un armamento y una estructura militar obsoleta, nos sirvieron para pasar el tiempo en garitas cutres mientras hacíamos guardias inútiles. Ahora no quiero ni pensar qué significará volver a hacer que nuestros jóvenes tengan que defender las fronteras europeas. Alemania volverá a tener ejército. Poca broma. Empecemos a preguntarnos qué querremos hacer cuando nos pidan incrementar a los cerca de 70.000 soldados de tierra que tiene el ejército español. Porque esto ocurrirá. Y no hace gracia.