La reciente resolución del vicepresidente del Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) ha vuelto a activar la maquinaria de los relatos en lugar de centrarse en lo que de noticioso tiene el asunto. De relatos viven los de siempre desde que comenzó la persecución de los exiliados y su entorno y, como siempre, a quienes se encargan de su divulgación poco les importa la verdad.

No es sencillo explicar de forma didáctica cosas que, técnicamente hablando, son muy complejas, pero intentaré hacerlo para que todos aquellos que seguimos creyendo en el derecho, como técnica de solución de conflictos, y en Europa como el marco donde solucionar el conflicto entre Catalunya y España, nos podamos ir tranquilos de vacaciones.

Cuando interpusimos la demanda de anulación en contra de la decisión del Parlamento Europeo de levantar la inmunidad al president Puigdemont, Toni Comín y Clara Ponsatí vimos la necesidad de plantear una demanda de medidas cautelares a fin de poder establecer el marco legal necesario para la protección de sus respectivas libertades y derechos, entre ellos el de circulación.

Nada era claro en esos momentos, producto de la confusa tramitación que a este tema ha venido dando el juez Llarena.

¿Qué fue lo que solicitamos?

Simplemente, que por parte del TGUE se acordase que mientras se tramita la demanda no se pudiesen ejecutar las OEDEs (órdenes europeas de detención y entrega) activadas por tercera vez por el juez Llarena.

¿Qué fue lo que inicialmente había acordado el vicepresidente del TGUE?

Sin oír al resto de las partes, acordó conceder medidas cautelarísimas y, al mismo tiempo, dar traslado de nuestra solicitud al Parlamento Europeo y a España, que se ha personado en el procedimiento.

Ambas partes indicaron que no era necesaria la medida porque los eurodiputados conservaban la inmunidad de desplazamiento y, como el suplicatorio solo fue concedido para la ejecución de unas concretas OEDEs y estas se encuentran suspendidas como consecuencia de las prejudiciales planteadas por el juez Llarena, la medida cautelar resultaba innecesaria.

Nosotros, junto con aclarar una serie de aspectos muy confusos o inciertos contenidos en esos escritos, también dijimos que, si ambas cosas son ciertas, entonces y solo entonces, no eran necesarias las medidas cautelares.

¿Qué acordó este pasado viernes el vicepresidente del TGUE?

Sencillamente, lo mismo que nosotros sosteníamos: que estando claro que conservaban la inmunidad de desplazamiento, el levantamiento de la inmunidad lo era solo a los efectos de tramitar unas concretas OEDE y que, por tanto, las cautelares no eran necesarias, por ahora, y que, de cambiar las cosas, se volverían a estudiar.

Estando claro que conservaban la inmunidad de desplazamiento, el levantamiento de la inmunidad lo era solo a los efectos de tramitar unas concretas euroordenes y, por tanto, las cautelares no eran necesarias

Pero no solo acordó eso, sino que, además, indicó que según ha manifestado España, el procedimiento principal -la causa del Procés- se encontraría también suspendido en origen, es decir en España.

Sobre el fondo de la cuestión no solo no entra, sino que expresamente lo excluye, como no podía ser de otra forma.

¿Por qué están suspendidas las OEDE?

Porque así lo establece el artículo 23 del Estatuto del TJUE; dicho precepto afecta al conjunto del procedimiento en cuyo seno se remite una cuestión prejudicial y, por tanto, en términos legales ha de entenderse que están suspendidas las OEDE, pero, también, las órdenes nacionales de detención… cosa distinta es que dicha norma vaya a ser respetada al sur de los Pirineos.

El problema es que, a pesar de la claridad de la norma, el juez Llarena no ha comunicado tal situación -suspensión del procedimiento- ni a los estados de ejecución (Bélgica y Reino Unido) ni a Europol, ni al SIS-II, que es el sistema de alertas de este tipo de medidas, ni a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, lo que implica un claro incumplimiento de sus deberes.

El juego del relato se sustenta, también, en una serie de confusiones que interesadamente se han gestado desde los mismos sitios en que se vienen emitiendo este tipo de cortinas de humo. Intentaré aportar algo de claridad.

¿Les han quitado la inmunidad a los eurodiputados?

La respuesta no es la que esperan desde determinados sectores; solo se les ha levantado a los fines de poder tramitar una concreta y específica OEDE, la tercera, que cursó el juez Llarena. Es decir, parcialmente y con unos límites concretos, que no pasan, en absoluto, por una detención.

¿Qué significa esto?

Que ellos siguen contando con su inmunidad para cualesquiera otros asuntos distintos a los incluidos en esa concreta y específica OEDE; cualquier nuevo hecho o procedimiento requeriría de un nuevo suplicatorio.

¿Por qué siguen conservando la inmunidad de desplazamiento?

Simplemente, porque el juez Llarena presentó un suplicatorio muy concreto y específico y el Parlamento sólo podía pronunciarse sobre dicha petición sin posibilidad de ampliarla.

¿Hasta cuándo se mantendrá la actual situación?

Como mínimo, hasta que se resuelvan las cuestiones prejudiciales remitidas por el juez Llarena y si es que se les puede calificar de tales planteamientos que, a nuestro entender, carecen de tal condición.

¿Qué pasa si se concluye el procedimiento prejudicial y aún el TGUE no se pronuncia sobre la demanda de anulación del suplicatorio?

Como ha dicho el vicepresidente del TGUE, se volverían a plantear las medidas cautelares que, acertadamente, han sido levantadas el pasado viernes por innecesarias.

Como se puede ver, de todo lo que aquí he tratado de explicar, ni el vicepresidente del TGUE ni la justicia europea han privado de su inmunidad a los eurodiputados, simplemente se han levantado unas medidas cautelares que ya no resultaban necesarias.

Ni el vicepresidente del TGUE ni la justicia europea han privado de su inmunidad a los eurodiputados, simplemente se han levantado unas medidas cautelares que ya no resultaban necesarias

A pesar de todo, no faltarán quienes quieran persistir en sostener lo contrario, pero, tal cual ha ido sucediendo a lo largo de estos casi 4 años, los relatos, como las mentiras, tienen las patas cortas y, en este caso, la mejor prueba la podrán encontrar al topárselos en la calle, en el sur de Francia.

Ahora, y con las cosas claras, qué mejor que centrarnos en algo que todos estamos necesitando: vacaciones.