Los niños pequeños tienen animales por los que sienten debilidad, suelen ser animales domésticos, como perros, gatos, vacas o ratones, o animales muy exóticos, elefantes, leones, pingüinos...; en general, todos son grandes y son mamíferos. A medida que crecen, desarrollan fascinación por los reptiles grandes, como los dinosaurios y depredadores marinos, como los tiburones. Es muy raro que alguien diga que le gustan los insectos, los escarabajos o las arañas. De hecho, a mucha gente le dan miedo las arañas y, sobre todo, los escorpiones, por su veneno. Pero yo tengo un amigo, de cuando estudiábamos biología, que siempre ha dicho que le gustan especialmente los escorpiones. Aunque todos sabemos cómo son e, incluso, los podríamos dibujar, hay pocas personas que hayan visto alguno directamente en la naturaleza, porque los que tenemos en nuestras tierras no son muy grandes y sus hábitats peligran; por eso, la mayoría de nosotros solo los hemos visto expuestos en terrarios.

Quizás os sorprenderá saber que muchas especies de escorpiones están en peligro de extinción, como lo están muchas especies de animales invertebrados. Los escorpiones son uno de los grupos de animales más antiguos que viven sobre la superficie de la tierra, y podrían considerarse "fósiles vivientes". Pueden vivir en hábitats muy diferentes, desde el desierto a cuevas o montañas, y su adaptabilidad les ha permitido sobrevivir a las cinco olas de extinciones masivas del pasado, aunque ahora, con la acción antropogénica —que destruye sus hábitats y que es la causa de la urbanización creciente y el cambio climático—, muchas especies de animales están muriendo anualmente y, por eso, se habla de la sexta ola de extinciones.

El litro de veneno de escorpión puede valer más de 10 millones de dólares americanos

Conocemos en torno a 2.900 especies de escorpión, y hay unas 5 que están en la lista de animales que habría que proteger, pero el caso es que hay muchas otras que corren peligro. In cauda venenum, una locución latina que se utilizaba de forma figurativa para decir que el veneno de una persona o el perjuicio que nos podía causar venía al final de la frase o de nuestra interacción, tal como pasa con los escorpiones, que tienen el veneno en el aguijón de la cola. De hecho, aunque nos pueda parecer extraño, los escorpiones son animales "codiciados" por su veneno. Hay empresas farmacéuticas que estudian las propiedades de los diferentes venenos y su uso como potenciales medicamentos contra el cáncer y para el tratamiento de enfermedades autoinmunes, pero también se vende mucho en el mercado de medicinas tradicionales asiáticas. El litro de veneno de escorpión puede valer más de 10 millones de dólares americanos, lo que propicia la creación de "granjas lecheras" ilegales que producen y trafican con veneno de escorpión. Aproximadamente, se pueden encontrar unas 350 especies que se venden en el negocio de "mascotas" exóticas que, por su tamaño, pueden vivir en terrarios de un tamaño más reducido, comparados con terrarios de serpientes y reptiles mayores.

Los escorpiones, también denominados alacranes, tienen 4 pares de patas (como todos los arácnidos) y dos pedipalpos acabados en grandes pinzas delante. Acumulan pigmentos en la quitina que los hacen fluorescentes bajo la luz ultravioleta. Quizás no sabíais que la gran mayoría de los escorpiones son vivíparos, es decir, que sus crías (aproximadamente una docena) nacen directamente de la madre, creciendo en folículos de su interior y, por eso, no ponen huevos ni presentan metamorfosis. Las crías viven enganchadas a la larga cola de la madre, hasta que pueden desplazarse por sí mismos. Una de las escenas literarias que más me ha hecho reír —ahora que está de moda la serie británica de la familia Durrell— es la descripción de las reacciones en la mesa familiar de los Durrell, con invitados, en la casa de un pequeño pueblo de Corfú, cuando a la hora de los cafés se abre una caja de cerillas en la que Gerald Durrell había guardado a una madre escorpión con sus crías. Podéis encontrar la escena con la cómica descripción en su libro Mi familia y otros animales.

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En Catalunya y en toda la península Ibérica, podemos encontrar ejemplares de escorpión negro (Euscorpius flavicaudis) / Fotografía extraída de Wikipedia.

La desaparición de los escorpiones de sus hábitats impacta claramente en la calidad y resiliencia de los ecosistemas de los que forman parte, disminuyendo su biodiversidad. También se limita la posibilidad de obtener nuevos medicamentos para enfermedades de difícil curación. Hay investigadores y naturalistas que abogan por incluirlos dentro de la lista de animales que hay que proteger, como tantos otros animales en los que nunca pensamos, a pesar de ser tan icónicos, en este caso, que incluso tenemos una constelación que da nombre a uno de los signos del zodiaco.