Nos encontramos en un momento de ampliación de plantillas por parte de la Generalitat de Catalunya a remolque de necesidades generadas en los últimos años (pandemia y médicos y enfermeras, congelaciones de contratación en educación, etcétera) y del levantamiento de restricciones para contratar. Al mismo tiempo que está en curso el llamado "proceso de estabilización", una actuación que consolidará cerca de 47.000 plazas que estaban ocupadas de manera temporal.

En este contexto me ha parecido oportuno recoger algunos datos publicados recientemente sobre el número de empleados públicos en Catalunya y su peso en nuestro mercado laboral, haciendo una comparativa con países desarrollados y con otras comunidades autónomas del estado español.

Empezando por la comparativa internacional, de acuerdo con los datos publicados por la OCDE del peso que tienen los empleados públicos sobre el total de ocupación, la media de los países miembros de la organización en 2020 era del 18,4%, es decir, que cerca de 1 de cada 5 ocupados era un empleado público. Sin embargo, entre países hay muchas diferencias, porque en los nórdicos los empleados públicos representan por término medio el 28%, mientras que en el extremo opuesto encontramos países que tienen en torno al 10% (Corea, Suiza y Alemania). Catalunya se ubica dentro de este último grupo, como veremos. Mirándolo bien, la distancia de presencia de empleados públicos entre los nórdicos (1 de entre cada 3-4 ocupados) y los que tienen menos (1 de cada 10 ocupados) es enorme. Detrás de las diferencias encontraríamos el papel que asume el Estado en la prestación de servicios de todo tipo, quien se encarga de prestarlos y, al fin y al cabo, la presión fiscal y las políticas redistributivas que se aplican.

A lo largo de los últimos 10 años el número de empleados públicos ha crecido en todas las comunidades, pero su peso sobre el total de ocupación se ha mantenido muy estable tanto en Catalunya como en el conjunto del Estado

Si nos centramos en el estado español, los últimos datos disponibles, que publica el Ministerio de Hacienda y de Función Pública, corresponden al mes de enero de este año. De acuerdo con esta fuente, en España había 2.880.481 empleados públicos; en Catalunya, 362.871 entre personal funcionario de carrera, personal laboral y otro personal. La distribución por el tipo de sector en el que trabajan es la siguiente: 25.667 en el sector público del Estado (ministerios, fuerzas de seguridad, etc.), 217.117 en la Generalitat, 90.763 en la administración local (ayuntamientos y diputaciones) y 29.324 en las universidades (dos tercios de los cuales son personal docente y el otro tercio, personal de administración y servicios).

En datos absolutos, la comunidad española donde hay más empleados públicos es la de Madrid, con 441.045 empleados públicos, de los cuales algo más de 150.000 trabajan en el sector público del Estado, auténtico centro de poder político y estructura de estado con todas las de la ley.

En el conjunto del Estado, el peso de los empleados públicos sobre el total de ocupados es del 14,6%. Pero no todas las comunidades autónomas tienen este porcentaje. A enero del 2022, Catalunya es la comunidad con el peso de empleados públicos más bajo, concretamente, un 10,6%; la siguen de muy cerca las Illes Balears, con un valor de 10,9% (en el País Valencià la ratio es del 13,6%, y en Madrid del 14,1%). En el otro extremo encontramos Extremadura, donde el 23,5% de los ocupados son empleados públicos. Así, mientras en esta última comunidad prácticamente 1 de cada 4 ocupados cuelgan de la administración pública, en Catalunya (y en las Illes) trabajan en ella 1 de cada 10. Un caso todavía más extremo, pero no representativo, son Ceuta y Melilla, donde cerca de 1 de cada tres ocupados trabajan en la Administración.

Otra perspectiva relevante de la situación comparada entre comunidades es la dotación de empleados públicos con respecto a la población a la que sirven, concretamente, la ratio empleados públicos/1.000 habitantes. En este parámetro, Catalunya también es la comunidad con un registro más bajo: 46,7 frente a la media estatal de 60,8, y lejos de Extremadura, que tiene 88,9.

A lo largo de los últimos 10 años el número de empleados públicos ha crecido en todas las comunidades, pero su peso sobre el total de ocupación se ha mantenido muy estable tanto en Catalunya como en el conjunto del Estado, mientras que los empleados públicos por 1.000 habitantes han crecido en todas partes, por razones demográficas.

Mirando al futuro, en la medida en que Catalunya tiene un volumen de empleados públicos comparativamente bajo en relación a la mayoría de países y al resto de comunidades autónomas, hay unas altas probabilidades de que este sector crezca, como ya está haciendo. Podría amortiguar un poco esta tendencia si se opta por profundizar en la colaboración público-privada para prestar algunos de los servicios. Hay que tener en cuenta que esta es una faceta en la que Catalunya históricamente (por ejemplo en sanidad o educación) ha destacado.

El tiempo dirá, y los políticos que mandan en cada momento también, porque el tema tiene una carga ideológica considerable.