El 2022 será el año en que las ventas catalanas de bienes en los mercados internacionales alcanzarán su récord histórico. De acuerdo con las estimaciones de la agencia de la Generalitat ACCIÓN, se superarán los 93.000 millones de euros, una cifra nunca alcanzada hasta ahora en valores monetarios corrientes. En realidad, sin embargo, el récord tiene una excepcionalidad limitada dado que la tendencia a lo largo de lo que llevamos de siglo viene siendo de un inequívoco crecimiento un año tras otro, con las excepciones de dos paréntesis puntuales (2009-2010, crisis financiera; y 2020 crisis de la pandemia). El registro exportador no está nada mal para una economía que en 2022 habrá generado un PIB en torno a los 260.000 millones de euros.

Sin embargo, la progresión de la venta en mercados exteriores no es una excepción a nivel internacional, ni tampoco a nivel de otras comunidades autónomas. La globalización de los sistemas productivos y de consumo de una manera u otra se tenía que notar en los registros de intercambios comerciales. Más todavía en una economía históricamente abierta como la catalana, que se ha beneficiado de 1) su tradición industrial, 2) su proximidad geográfica con Europa (con Francia como primer cliente en una UE que nos compra el 70% de las ventas en el exterior), 3) la gran presencia de empresas extranjeras exportadoras en nuestro territorio (Seat-Volkswagen es la primera exportadora, seguida de la catalana Grifols), entre otros factores.

En este contexto, ante el buen dinamismo de la venta en mercados exteriores, un conocido de hace muchos años me pregunta cuál es en la actualidad la importancia del mercado español para la economía catalana. ¿Crece, se mantiene o disminuye? Veámoslo consultando una fuente de información que hace la estimación y el seguimiento temporal a nivel de todas las comunidades autónomas españolas. Esta fuente es C-Intereg, que aporta datos desde 1995 hasta la actualidad, distinguiendo entre las ventas que se hacen en el interior de una propia región (intrarregionales), las que se hacen en otras regiones españolas (exportaciones interregionales) y las que se hacen fuera del mercado español (exportaciones internacionales).

Aunque centraremos la atención en las ventas fuera de Catalunya, vale decir que las interiores o intrarregionales dentro del propio mercado catalán en los últimos siete años son muy parecidos en importe a las que se hacen en el resto de España (antes de 2015 eran incluso inferiores, se vendía más al resto de España que al propio mercado interior catalán).

Centrados en las ventas fuera del mercado catalán, de acuerdo con la fuente indicada, en 1995 las ventas exteriores se destinaban en un 64% al mercado español y en un 36% a la exportación internacional. En el periodo que va de aquel año 95 hasta la actualidad lo que se ha producido ha sido una progresiva pérdida de peso de las ventas en España y un aumento sostenido de las ventas de exportación, hasta el punto que el año 2021 los porcentajes prácticamente se habían intercambiado: las exportaciones fueron el 64% de las ventas exteriores catalanas de bienes, y las ventas al resto de España el 36%.

En 2010, por primera vez, se produce el "sorpasso" comercial de vender fuera, más en mercados internacionales que en el mercado español. Desde entonces, la tendencia es un aumento de peso de la exportación hasta el punto de cambiar los porcentajes

Si se representa gráficamente en líneas la evolución año a año de la distribución por mercados exteriores, lo que se observa es que sale lo que exactamente podríamos denominar la "tijera comercial exterior" de Catalunya (ved el gráfico aquí). En efecto, dicha figura pone de relieve una tendencia lo bastante clara de aumento de peso de las exportaciones y de reducción de peso de las ventas en el mercado español, con un punto en el tiempo (los años 2008 y 2009) en que las ventas en el exterior iban mitad y mitad a cada mercado, una especie de eje de las hojas de la tijera. En 2010, por primera vez, se produce el "sorpasso" comercial de vender fuera, más en mercados internacionales que en el mercado español. Desde entonces, la tendencia es un aumento de peso de la exportación hasta el punto de cambiar los porcentajes.

Sin embargo, el fenómeno comercial de aumento de peso relativo de los mercados de exportación se produce, como era de esperar, en otras regiones españolas. Con la singularidad que los puntos de partida (1995) y de llegada (2021) son diferenciados con respecto a Catalunya. Para poner dos ejemplos, el peso de exportación del País Valencià se encuentra siempre 2-3 puntos porcentuales por debajo del de Catalunya (por lo tanto depende un poco más del mercado español); en cambio Andalucía, a pesar del aumento del peso de la exportación, en 2021 todavía sigue vendiendo más al resto de España que a los mercados exteriores. En cualquier caso, he ahí cómo están cambiando las dependencias económicas desde el punto de vista comercial.

Con perspectiva catalana, sea este año, sea el próximo año, la exportación podría exactamente registrar otro récord y subirse hasta la cifra emblemática de 100.000 millones de euros. Y si las cosas no se tuercen, la dependencia del mercado español, con una alta probabilidad, seguirá disminuyendo.