El Liceo abrió el año 2021 con Les contes d'Hoffmann de Offenbach, una opera romántica con toques fantásticos que incluye "Les oiseaux dans la Charmille", un aria de coloratura llena de pirotecnia que canta Olympia, una muñeca autómata que no quiere que se le acaben las pilas. Quizás en el Cercle d'Economia los asesores de Pedro Sánchez encontraron la inspiración para convocar, en el mismo escenario, lo mejor de la sociedad y la política. Ahora el cuento va de que los nueve indultos serían "la decisión más compleja y arriesgada del mandato de Pedro Sánchez", como desinforma El País, pero que hace falta tomar por "utilidad pública" y "fomentar la convivencia en Catalunya". O, visto de otra manera, acuñar la mayoría actual en el Congreso con un peso mayor de los que se llaman socialistas. Así podrían prescindir, a medio plazo, de algunos socios incómodos, y no necesitarían recurrir a VOX para determinadas votaciones patrióticas (como la de los fondos europeos).

En este sentido trabaja Miquel Iceta cuando declara que son ahora tiempos de perdón (pero poquito) sin preguntarse de qué nos tienen que perdonar los coautores de la invasión jurídica más dura y dolorosa del constitucionalismo posfranquista. El ministro Iceta no puede confundir una amnistía que llegaría a más de 3.000 personas, incluyendo a las exiliadas políticas, con la ridícula pequeñez de los nueve indultos condicionados y que, encima, ¡son "reversibles"! Y claro está que quiero Carme Forcadell, Dolors Bassa los Jordis y el resto de presos políticos estén en libertad. Deseo tanto que sean y se sientan libres que me indignan demasiado las maniobras de avaro mercader al estilo de "y tú qué me das". Siempre es poco lucido el intercambio con quien tiene el monopolio de la fuerza, más medios, y algunos de los medios de comunicación poderosos que saben un montón de hacernos ver urracas por perdices. Por otro lado, sin Urquinaones ni aeropuertos, solamente se pueden ofrecer más pasos atrás, más humillación, más apoyo incondicional... a cambio de bien poca cosa.

De momento, han dicho que no llenarían la platea del Liceu ni el gobierno en pleno ni la presidenta del Parlament Laura Borràs. Sugiero que se invite en su lugar a los chicos absueltos por el juzgado de menores nº. 5 de Barcelona, como Guillem, famoso por su sudadera naranja, e Ivan, Sarah y Roc. Y a Albert Royo, exsecretario general del Diplocat, y a toda su familia, y al condenado Marcel Vivet y a su madre, Anna Regalón, y a todos los CDR encausados, del Vallès y de todos los otros lugares, y los casi 200 encausados por el corte de la Jonquera, y a Adrià, el vecino del Clot que está acusado por el mismo mosso de hacerle lo mismo que Marcel, y al mismo tiempo... Y que traigan de Madrid a Dani Gallardo y pasando por Lleida recojan a Pablo Hassel de la prisión de Ponent. Y ya, de paso, que hagan venir de Bruselas, con todas las garantías, a Clara Ponsatí para que dé la réplica liceística a Pedro Sánchez. Lo hará muy bien.

El ministro Iceta no puede confundir una amnistía que llegaría a más de 3.000 personas, incluyendo a las exiliadas políticas, con la ridícula pequeñez de los nueve indultos condicionados y que, encima, ¡son "reversibles"!

De hecho, viendo las cosas como son, las cosas importantes que pasarán en las próximas horas poco o nada tienen que ver con los gallos del Liceo. Por ejemplo, el premio Temps de les Arts y el Manifest per una Nova Cultura compartida y abierta al mundo, que invito a leer y firmar.

Porque es cierto que "es ahora un tiempo para la creación y el pensamiento crítico, para entender la cultura como un bien esencial porque es el fomento de valores imprescindibles como la convivencia, el respeto o el pluralismo indispensables en momentos en los que la intolerancia crece". Decía Joan Fuster que la cultura es la base por un mundo nuevo, por un país más justo. Y en momentos de desconsuelo de la política, podemos pensar como Montserrat Roig "que la cultura es la opción política más revolucionaria a largo plazo".

Para terminar: en enero se pudo asistir al Liceu a oír unos cuentos maravillosamente bien explicados, dicen los críticos. Eran los de Hoffmann. Este lunes de junio, de la fantasía y la pirotecnia se encargan los cuentos de Pedro Sánchez ante un público de incondicionales y súbditos distraídos. Y quizás sí que hará falta coger el metro hasta la parada Liceu y decir que la ficción que nos quieren vender no tiene nada que ver con la necesaria amnistía ni con el derecho de autodeterminación. Que ni siquiera es cultura (a pesar del escenario) y que no nos tendría que distraer de las noticias importantes: que la cultura este fin de semana se ha sentido comuna en los países de habla catalana, y que lo que se ve este lunes en el Consejo de Europa da bastantes quebraderos de cabeza a la casta de la toga. Este lunes la Asamblea General del Consejo de Europa votará varios informes elaborados y aprobados por los comités específicos con uno de especial interés: lo que surge del Comité de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos sobre España y, concretamente, los presos políticos catalanes. Un informe que dice muchas verdades y, precisamente por eso, pone histéricos a los don Pelayo de puñetas y toga.

Para saber más, leed a Josep Casulleras y a Beatriz Talegón.