No nos podemos quejar. Nada. De nada. La celebración de la Constitución que nos dimos entre todos (y más) ha sido variadita. Nos hemos levantado con una información del diario El País según la cual Emérito I quiere regularizar su situación fiscal. ¡SEN-SA-CI-O-NAL! Sí, lo es porque si tú tienes que ajustar tu relación con Hacienda quiere decir que reconoces que tú no has hecho lo que te tocaba hacer. Por lo tanto, el rey de España no sólo huyó sin darnos ninguna explicación sino que nos ha defraudado a todos. También fiscalmente. Y lo sabemos, de manera oficial, el día de la Constitución. Reconozcámoslo, es de una finezza insuperable.

Día de la Constitución en que todos los partidos españoles salen a decir maravillas de la Carta Magna. De hecho compiten entre ellos a ver a quien se envuelve más con sus páginas. Y de esta manera cada año tenemos una declaración que gana el premio "Yo más todo que tú siempre infinito y me la tatúo toda ella en mis partes blandas". Este año el premio es para Pedro Sánchez quien, en la puerta del Congreso de los Diputados, ha dicho: "La Constitución salva vidas. A través del Estado de Alarma". Pues mire, si la Constitución salva vidas, "¡Por favor sanitarios, bajen del escenario!". Con el número 15 entra la Sagrada Constitución y con el número 6 se van todos los que trabajan en los hospitales y en los CAP, el personal de ambulancias, los de los diferentes servicios telefónicos de asistencia... ¡Todos! (Y todas!). Es que, existiendo la Constitución, no sé que hacen todos estos allí cobrando auténticas fortunas para no dar un palo al agua. "Doctora Constitución, doctora Constitución, pase por el box 32".

Y día de la Constitución con aquel tradicional encuentro de personas que la quieren tanto (y más) que se reúnen para mostrarle públicamente su amor incondicional pidiendo un taxi. O quizás era una de bravas. Lo desconozco. Eso sí, sin cesar. Hoy ha vuelto a suceder en la Plaza Sant Jaume de BCN. Parece que al Conseller de Interior, Miquel Sàmper, no le ha gustado mucho el happening y ha ido a Fiscalia, donde es fiesta cada día. Sorprendente. Mucho. Pero lo sorprendente no es que él vaya a Fiscalía sino que Fiscalía no haya venido de oficio. Tan diligente que es para otras cosas, ¿no tiene nada que decir de esta exhibición de simbología nazi? Tácito hoy seguramente hacía fiesta y no ha podido elaborar uno de sus famosos informes. Pero mañana por la mañana, sin falta, se pondrá a ello. Sin parar. E investigarán quiénes son esta gente. Y les intervendrán sus comunicaciones privadas. Y después las filtrarán para saber cómo se organizan. Y quien lo paga. Y, de paso, filtrarán otras conversaciones suyas. Porque todos somos iguales ante la ley. Lo dijo Emérito I El Regularitzador el 24 de diciembre del 2011: “Necesitamos rigor, seriedad y ejemplaridad en todos los sentidos. Todos, sobre todo las personas con responsabilidades públicas, tenemos deber de observar un comportamiento adecuado, un comportamiento ejemplar (...) Afortunadamente vivimos en un Estado de derecho, y cualquier actuación censurable deberá ser juzgada y sancionada con arreglo a la ley. La Justicia es igual para todos”.

Ah, por cierto, ningún partido político de estos que ama tanto la Constitución tampoco tiene nada que decir de este acto de reivindicación del nazismo, el franquismo y el golpismo. Ni tampoco de la emérita regularización. Claro, hoy era fiesta.